De ilusión también se vive

Ayer, cinco de enero de 2013, encarné en Guadalcacín, el pueblo en el que llevo 38 años trabajando como maestra (el actual es el 39º), al rey mago Baltasar.

 

Fue un día muy especial, como cualquiera puede imaginar, por muchas y distintas razones:

  • Por haber sido elegida para ello, lo que agradezco sincera y profundamente.
  • Por compartir con los otros reyes ilusión, tareas y complicidades. Y por haber comprobado con ellos el enorme trabajo que lleva detrás la organización de la cabalgata, que solo es posible por la dedicación de los trabajadores y trabajadoras del ayuntamiento y de los voluntarios que sin cobrar han dedicado tantas horas a empaquetar, distribuir, contar, mezclar… caramelos y juguetes.
  • Por el rato pasado con la asociación de mayores de la localidad, con los que compartimos villancicos, chocolate, roscones de reyes, recuerdos y experiencias. Y que con su mal cálculo hicieron posible que ofreciéramos al comedor de El Salvador, que da de comer a cantidad de personas y familias diariamente, unos cuantos roscones recién salidos de la pastelería.
  • Por la alegría que supuso el paseo por el pueblo, reyes y pajes con el personal del ayuntamiento y el voluntario responsable de protocolo, que dice que esto le cuesta dinero, cosa que no dudo, pero reconoce que lo disfruta al menos tanto como el que más.
  • Por esa visita a las personas que por distintas causas no están en condiciones de salir de casa o padecen minusvalías graves. Entre ellas antiguos alumnos que recuerdan su paso por el colegio y los compañeros que tuvieron.
  • Por tener la oportunidad de observar la dedicación, y la disposición personal con que la realizan, de Nieves y Salvador, alcaldesa y delegado de fiestas respectivamente, para que todo salga como debe. En la primera reunión que tuvimos en diciembre de cara a la organización de la fiesta de reyes yo planteé su conveniencia o no, en la situación de crisis que atravesamos. (Las dependencias municipales por las que habíamos pasado estaban llenas de bolsas con comida preparadas para su entrega a las familias que las necesitan, y comentábamos la incapacidad para dar respuesta a todas las necesidades) La respuesta de Salvador fue contundente: Si hay que suprimir, yo prefiero suprimir la feria, pero la ilusión de los niños es intocable. Y estuvimos de acuerdo.
  • Por la propia cabalgata, en la que hemos disfrutado de la ilusión de los niños, dentro y fuera de las carrozas (los que tiraban caramelos eran más felices que los que los recogían, y sólo la buena administración del paje mayor hizo posible que cada carga de caramelos y regalitos alcanzara para todo el trayecto).
  • Por las muchas personas que se han preocupado por mí, y han hecho que me sintiera apoyada y querida, con todas las cuales me siento en deuda y a las que agradezco su esfuerzo, dedicación y buen hacer.
  • Por haber contado con la presencia y la colaboración de mis hijos, que lo han hecho todo más fácil, con una ilusión tan grande como la mía. (La fotógrafa no sale en la foto).
Resumiendo un día tan repleto de ilusión en las caras de tanta gente, (vista dede una perspectiva distinta) y tan compartida que, pese a la realidad que nos obliga con su dureza a poner los pies en la tierra, me hace decir que sí, que en ocasiones de ilusión tambien se vive… un poco mejor.

 

 

5 comentarios en “De ilusión también se vive

  1. Engracia seguro que te ha rebozado la sonrisa de tu cara y de tu corazón, las personas que han decidido tu elección saben que eres muy buena gente y te mereces ese honor de representar a los RRMM para ver en las caras de los niños y las niñas la alegría. Enhorabuena!!! Gracias por compartir el relato. Un abrazo

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