El propósito de la educación

#PurposedES

Cuando hablamos de educación somos conscientes de que existen muchos contextos que educan, bien o mal. Que todos y en todo momento, aún sin pretenderlo, somos educadores, puesto que influimos en los demás, especialmente en los más jóvenes.

Pero en esta ocasión voy a dejar de lado la educación no formal y me voy a centrar en la que ha generado, genera y va a seguir generando, la escuela. Lo voy a hacer así por dos razones: es la que podemos en gran medida controlar y he dedicado a ella mi vida profesional, por lo que creo que puedo aportar algo. Tengo opinión respecto a los otros contextos, y la podré explicar en otras entradas, pero en  ésta me referiré fundamentalmente a la escuela (comunidad escolar).

Mis recuerdos de la escuela y el instituto (ambos públicos) en los fui alumna, y mi dilatada experiencia docente me permiten poner en perspectiva los cambios que se han producido en la realidad escolar:

  • Hemos pasado de enseñar a educar, o, al menos, pretenderlo. Hoy nadie discute la función educadora, pero no hace tanto que en los institutos (en primaria se asumió mucho antes) se escuchaban  palabras gruesas porque se nos cargaba con funciones que correspondían a las familias.
  • Los grupos se han reducido: en mi primera clase éramos 60 alumnas (escuelas separadas para niños y niñas, naturalmente) y yo he tenido 52 alumnas en primero de EGB, y 31 en una unitaria, mixta, diseminada, de difícil desempeño, con 7 niveles distintos. (Con categoría). Hoy nuestros grupos de diversificación a veces no alcanzan el número crítico para que haya cohesión grupal, y podemos en determinadas materias trabajar a ratos con muy pocos cuando tienen muchas dificultades.
  • Nuestra situación laboral ha mejorado significativamente: ¿quién recuerda aquello de pasa más hambre que un maestro de escuela? ¿Y de los medios con los que contamos, qué decir?
  • La relación entre alumnado y profes ha cambiado, tanto como  la relación entre padres e hijos en la familia. A los maestros, y a los padres, se les trataba de usted y se les tenía un respeto que más bien debería tener otro nombre. Se decía que la letra con sangre entra. Luego pasamos por una época de colegueo y después del movimiento pendular nos estamos centrando: el respeto se lo gana uno, pero el adulto tiene el control, aunque sea un control democrático. (Demasiados padres se han quedado de colegas y en casa no hay normas, lo que dificulta el trabajo en la escuela).

Y los aspectos que no han cambiado, o no tanto como debieran:

  • La escuela para todos (pública) tenía un propósito claro: conseguir mejores productores, trabajadores más eficientes, personas más integradas en la sociedad. Siempre fuimos conscientes de que al régimen no le interesaba que formáramos ciudadanos, quería súbditos. Y hacía lo posible por conseguirlos. En esas circunstancias surgen los movimientos de renovación pedagógica, en los que nos hicimos conscientes de que buenos maestros hacen buena escuela, incluso sin medios (¡lo que inventábamos!), a pesar de las leyes.
  • La escuela actual, para el gobierno, no importa de qué color, tiene un fin parecido. Aunque en los decretos se hable de ciudadanía, de formar el espíritu crítico, de… no han sido capaces de ponerse de acuerdo en lo fundamental, y cada vez que cambia el gobierno nos cambian la ley. Pero la realidad de las aulas sólo la cambia el profesorado: metodología, participación de padres/madres (aunque la ley diga otra cosa si no los queremos en el centro nos las apañamos para que no estén), interactividad con el alumnado…

En resumen: la pelota está en nuestro tejado. Tenemos las manos libres para empezar a cambiar la forma e incluso el fondo, aunque debamos guardar las apariencias, cumplir las formalidades. Tenemos medios con los que ni soñábamos hace nada. Hay muchas experiencias que indican que cuando un equipo de profesorado quiere, se pueden hacer maravillas incluso con el alumnado más difícil.

La sociedad ha cambiado, y mucho. No podemos seguir enseñando como nada hubiera sucedido, o quejándonos de que lo haya hecho. Tenemos que construir con lo que hay.

(Este post es previo a las 500 palabras que dedicaré a exponer el que a mi juicio debería ser el propósito de la escuela)

4 comentarios en “El propósito de la educación

  1. Qué buena excursión a la memoria… cuántos recuerdos… Esas escuelas de niños y niñas separados… Ya compartiremos más despacio dentro de unas semanas pero me parece muy positivo tu enfoque, posibilista y acertado.

    Esperando los próximos posts con muchas ganas 🙂

    María

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