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25 años de valioso trabajo

DSC03445 (1)Este curso se cumplen 25 años desde la puesta en funcionamiento de los Centros de Educación Permanente (CEPER), cuando dejaron de ser aulas independientes para convertirse en centros organizados. Desde entonces ha llovido mucho, y muchas cosas han cambiado.

Lo explicaron en un corto filmado por el personal del CEPER Victoria Alba (profesorado y alumnado, actual y de cursos anteriores, con la colaboración de otros responsables de esta enseñanza) bajo el título: «Cuando la Educación tomó su nombre».

Directora, Presidenta de la Asociación del Alumnado, Delegado Territorial de Educación y Concejala de Educación
Directora, Presidenta de la Asociación del Alumnado, Delegado Territorial de Educación y Concejala de Educación

Ya comenté en otra entrada, en enero del año pasado la alta valoración que me merece el trabajo que se realiza en estos Centros, y me parece que es momento de repetirlo:

El trabajo que realizan los maestros y maestras que han trabajado y trabajan en la formación de personas adultas es impresionante.

Empezaron enseñando a leer y escribir, alfabetizando,  a aquellas personas que en su infancia no tuvieron ocasión de ir a la escuela, una parte muy importante de la población entonces. Pronto se convirtieron en algo más, porque aportaban a su alumnado no solo aprendizaje de las letras, sino también de la vida: relaciones sociales, valoración de manifestaciones culturales, conocimiento de su propia realidad al contrastarla con con la de otros…

Para muchas mujeres que conozco, las “clases de adultos” han supuesto su introducción en la vida social, la toma de conciencia de la situación de esclavitud en la que han vivido, el comienzo de la asunción de sus derechos como persona. Se han hecho conscientes de su valor, de la ingente tarea que han realizado en las peores condiciones, han adquirido autoestima, en lenguaje actual: se han empoderado.

Hoy, los sucesores de aquellas aulas, convertidos en Centros de Educación Permanente de Personas Adultas, continúan la tarea. No se limitan a las enseñanzas básicas. Han ampliado su oferta en la línea de formación y enriquecimiento personal a lo largo de la vida, de modo que su alumnado es de lo más variado: ¿quién no tiene un déficit en su formación inicial? No me imaginaba yo que iba a encontrar tanto nivel en un centro de adultos, comentaba un compañero hace unos días.

Por eso, sin dejar de lado lo imprescindible (cursos para la obtención del título de graduado, formación básica), amplían su oferta: Patrimonio, para quien quiere conocer su entorno histórico-artístico. Inglés, para quienes lo necesitan por cuestiones laborales o familiares (tengo dos nietos ingleses, no me queda otra, decía una compañera) o lo quieren aprender para viajar con mayor facilidad o superar lo que consideran una asignatura pendiente. Fomento de la cultura emprendedora, donde se desarrollan estupendos y originales proyectos de muy diferentes estilos. Informática, la alfabetización actual. Educación para la salud


He conocido a una señora con más de 80 años, que no pudo ir a la escuela en su momento y ahora está yendo a clases para obtener el Graduado en Secundaria. Naturalmente, dice ella, aprobó todas las asignaturas el primer trimestre, pero no está contenta porque en Inglés, que es lo que mejor le va,
sólo obtuvo un notable: su ilusión es tener un sobresaliente. ¿No es digna de admiración?

Y lo hacen con una dedicación profesional y personal que supera la media, realizando además visitas, actos culturales, convivencias…, cuya organización requiere un tiempo y un trabajo que al parecer pesa menos si la respuesta merece la pena. El hecho es que consiguen entusiasmar a un alumnado ya de por sí interesado (asiste voluntariamente) que se integra mayoritariamente en la vida del centro, asiste a  las actividades y se esfuerza por aprender.

Profesorado asistente al acto
Profesorado asistente al acto

 

De aquellos polvos…

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Hace treinta y dos años que un claustro entusiasta, contagiado por un maestro de gimnasia (todavía se decía poco educación física) con  muchas y buenas ideas para mejorar la forma física de su alumnado, con su equipo directivo al frente y la colaboración de las familias y el ayuntamiento, 20160411_212025organizó el Maratón de Guadalcacín.  Se trata del Colegio Público Guadalcacín que más tarde se convirtió en C. P. Tomasa Pinilla en honor a una de sus primeras maestras, fallecida cuando cumplía treinta años de ejercicio docente en la localidad, mientras delirando creía que estaba en su clase.

Fué la primera carrera atlética del pueblo. 20160411_212016Como su objetivo era fomentar el atletismo y la actividad física de forma lúdica en el alumnado, era importante que pudieran participar desde los primeros cursos y, como las categorías oficiales no comienzan hasta los 8 años… inventaron otras nuevas: pitufos, para 6 y 7 años y pañales para 4 y 5. (Todavía el alumnado de 3 años no se había incorporado a la escuela)

¿Podéis imaginar lo que supone la organización de algo así? Inscripciones, dorsales (a mano, naturalmente), medición del circuito, colaboradores para los cruces de calles, megafonía, trofeos (donados por tiendas o otros establecimientos), colaboración de Cruz Roja por si…., llegadas, clasificaciones y toda una mañana de sábado de nervios, ilusión y satisfacciones al final. Porque fue un éxito.

20160411_212131En aquella primera carrera corrieron la mayoría de los alumnos y la alumnas del centro y muchos que no lo eran pero, como es lógico, la afluencia de inscripciones en las categorías de mayores fue pequeña.

Desde aquel  1984 Guadalcacín ha mantenido su cita primaveral con los atletas. Durante muchos años la organización corrió a cargo de colegio y paulatinamente el ayuntamiento fue asumiendo más responsabilidad.

 

…estos lodos:

Hoy es una carrera de reconocido prestigio organizada por la delegación de deportes del Ayuntamiento de Guadalcacín en coordinación con la federación gaditana de atletismo. En la prueba reina, en la que corren mujeres y hombres de 16 años en adelante clasificados en siete categorías diferentes en cada sexo, este año han participado más de doscientas personas, lo que indica que el foco ha basculado hacia los mayores, pero se mantienen las categorías no oficiales con gran afluencia (más de treinta por categoría y sexo).

Los preparativos
Los preparativos
El ambiente
El ambiente
Grupos de participantes
Grupos de participantes
Categoría "pañales", futuros atletas
Categoría «pañales», futuros atletas
El corredor de más edad, Pedro Rizo, con 81. Dice que no se ha perdido la carrera ningún año.
El corredor de más edad, Pedro Rizo, con 81 años. Dice que no se ha perdido la carrera ningún año.

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Haciendo amigos

Ir de viaje con un grupo de cincuenta y cuatro personas de las que sólo conoces a dos o tres puede parecer un riesgo, especialmente si no eres la alegría de la huerta, como es mi caso. Pero puedo asegurar que no es riesgo ninguno si el grupo con el que vas es alumnado y familia del CEPER Victoria Alba comandado por su exdirector  y naturalmente maestro, Enrique del Valle.

Un grupo de personas tan diferentes (de 13 a 80 años, de muy variadas profesiones y niveles educativos) en la que todas se apoyan y acogen a las nuevas, y donde prácticamente nadie desentona con un mal gesto ya se trate de subir cuestas para visitar un castillo,  de sufrir las inclemencias del tiempo o de disfrutar de una buena comida.

¡Y la marcha que tienen las mayores! Las primeras que están dispuestas para todo, que quieren visitar, conocer, escuchar a los guías, aprender lo que antes muchas no pudieron.

La organización magnífica, llevando controlado hasta el último detalle: la selección de los lugares (ni sólo ni sobre todo los trillados), todas la visitas con guías locales, la intendencia…

Como muestra de lo vivido, aquí se recogen algunos momentos:

Lo han conseguido: ya no hace falta

Así es. Durante los tres primeros meses del curso no se ha cubierto una plaza en el CEPER Victoria Alba y ahora ya no es necesaria. He aquí las razones:

  • El alumnado que prepara la prueba de acceso a la universidad se examina en abril, no tiene tiempo que perder. Quien tiene medios para ello se ha ido a una academia (enseñanza privada). Los que siguen acudiendo a clase, habiendo empezado en noviembre, y renunciado a preparar las áreas específicas por falta de profesor, es difícil que alcancen una preparación adecuada. Este año los resultados del alumnado del centro en esta prueba no serán como acostumbraban. ¡Que buena forma de promocionar la enseñanza pública!
  • Tal como se preveía, el número de chicos y chicas que pretendían obtener el título de Graduado en ESO se ha visto reducido sensiblemente: no más de treinta y cinco de los cincuenta y cuatro que empezaron siguen asistiendo con regularidad. Se han aburrido porque no tenían perspectivas de conseguir su título. ¡Ya no es necesario desdoblar la clase! ¿Seguro? ¿Alguien cree seriamente que se puede atender como se debe a un grupo tan numeroso con las dificultades que tienen? ¡Por favor!
  • Pero como lo que cuenta son los números, no las personas, no hay clases masificadas,  YA NO SE NECESITA UN DOCENTE MÁS.  Se acabó el problema.

Una muestra clarísima del efecto Pigmalion. Se cumplen los pronósticos de la administración: como iban a dejar de asistir, no era necesario una maestra, o maestro, más.  Y lo peor es que esos datos, esa profecía cumplida, se utilizarán para la dotación de personal del curso siguiente: como se ha comprobado que, efectivamente, en el segundo trimestre ya no hará falta, ¿para qué nombrarlo? Total, si muchos van a dejar de asistir.

Sólo que es una falacia. Claro que una parte del alumnado que prepara pruebas se aburre y abandona, pero ni mucho menos en la medida en la que ha sucedido este curso. ¿Quién no abandonaría si las perspectivas de superar la prueba fueran tan escasas?

Como ya dijimos en otra ocasión, el prestigio de un centro docente se logra con muchos años de buen trabajo y se puede perder con mucha facilidad. Este curso los resultados serán peores. ¿Qué pasará el próximo?

Una administración educativa no puede, no debe, olvidar la necesidad de formación de aquellas personas que están en peores condiciones para defenderse en la vida, para insertarse en la sociedad y reunir las condiciones imprescindibles para acceder a un trabajo digno. Y en esa categoría entran sin duda aquellas que no tienen titulación académica, lo dicen todas las estadísticas que relacionan nivel de estudios y paro.

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Una administración educativa que se denomine socialista, como la actual, no puede permitirse el lujo de despreciar a las personas con mayores dificultades y echarlas en los brazos de centros privados a los que pocos tienen la posibilidad de acceder. No puede negar el pan y la sal a los centros públicos mientras mantiene conciertos con centros privados que mal disimulan la selección de su alumnado. O, ¿por qué creen que en tantos centros concertados hay tan poco alumnado con necesidades educativas especiales (con la honrosa excepción, en Jerez, de SAFA), o proveniente de familias con escaso poder adquisitivo? ¿Por casualidad?

¿Y saben qué? Los administrados no deberíamos consentirselo.

 

Educación de segunda categoría

Así parece que considera la administración educativa a la educación de personas adultas, de la que ya escribí en otra ocasión.

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Juzguen si no:

A uno de los centros de educación permanente de Jerez le falta por nombrar una maestra, o maestro, para el curso 2015/2016. Porque digo yo que si se concede que dos de las profesionales trabajen sólo media jornada y otros cuatro tengan dos horas lectivas menos por ser mayores de 55 años, hay que nombrar, al menos, otra. Pues estamos a 6 de diciembre y ni flores.

Esto no sucede en ninguna otra modalidad educativa. Como ésta no es obligatoria…

Al tratar a un centro con esta desconsideración se olvida:

  • Que los objetivos educativos que marca la Unión Europea no se conseguirán sin estos centros: un elevado porcentaje del alumnado de ESO, sale del instituto sin el título de graduado. Aquí muchos de ellos lo obtienen y con él una mayor posibilidad de inserción en la vida laboral y de incorporación a otro tipo de estudios.
  • Que ofrecen una preparación de calidad para la preparación de las pruebas de acceso a estudios superiores, como se puede comprobar con sus estadísticas de aprobados.
  • Que la formación a lo largo de la vida va a ser imprescindible, lo es ya, para adaptarse a los nuevos contextos laborales y sociales. Al respecto dice la Comisión Europea: La crisis ha puesto de relieve el importante papel que puede desempeñar el aprendizaje de adultos (1) para lograr los objetivos de Europa 2020, al permitir a los adultos —sobre todo a los trabajadores poco cualificados y de más edad— mejorar su capacidad de adaptación a los cambios del mercado laboral y de la sociedad. El aprendizaje de adultos proporciona medios de mejora de las competencias o reciclaje de los afectados por el desempleo, la reestructuración y los cambios de profesión, y representa una importante contribución a la inclusión social, la ciudadanía activa y el desarrollo personal. 
  • Que para conseguir el prestigio que un centro logra en mucho tiempo (buenos resultados en las pruebas oficiales para las que prepara, actividades complementarias de calidad, satisfacción del alumnado…) se necesitan muchos años de ingente trabajo, pero perderlo es muy rápido: basta un curso sin el profesorado imprescindible para mantener el nivel.
  • Que una parte importante del alumnado de estos centros es muy frágil emocional y socialmente: ya ha fracasado con anterioridad, tiene baja autoestima, se desanima con facilidad. Una mala atención (grupos demasiado grandes, escasez de horas en materias difíciles, dificultades para usar la tecnología…) hace que renuncien al objetivo perseguido.
  • Que aunque no es enseñanza obligatoria para el alumnado, porque su edad supera los dieciséis años, no por ello es menos necesaria, ni es menos obligatorio para la administración educativa dotarla del profesorado imprescindible.

¿Centros de segunda categoría? Si se les trata como si lo fueran lo serán, naturalmente. Sin profesorado suficiente no es posible alcanzar la educación de calidad a la que aspiran y por la que trabajan. Y que la sociedad necesita.

Dedicado al CEPER Victoria Alba, en el que intento aprender inglés, y cuyo trabajo valoro, al parecer,  más que la administración de la que depende.

 

Prioridades

CIMG1357En todos los comienzos de curso, en todos los centros docentes y muy especialmente en los institutos de secundaria, hay unos días en los que el profesorado está nervioso, expectante, malhumorado… esperando que el equipo directivo comunique los horarios. 

Quien no ha tenido que ser responsable de su elaboración alguna vez no tiene ni idea del trabajo que conllevan. Previo, porque si no se tiene clara la organización del centro y el orden de prioridades, no hay forma de que salgan. Durante, porque hay que ver el conjunto y las particularidades para prever las implicaciones de los detalles que luego otras personas magnificarán si no les benefician. Y posterior porque no es posible contentar a todo el mundo, sobre todo si se prioriza el interés del alumnado y no los deseos del profesorado.

Cuando digo que es especialmente problemático en los centros de secundaria, no quiero decir que en los de primaria no haya problemas. Los hay, pero tienen menor calado porque el horario de permanencia en el centro, incluyendo las horas no lectivas, es el mismo para todo el profesorado. En secundaria no es así: el alumnado tiene más horas de clase que cada profesora o profesor de permanencia semanal en el centro, no sólo de docencia. Eso significa que puede entrar más tarde, salir antes, o tener horas libres en medio de las ocupadas, ya sea con clase o con otras actividades. La diferencia es importante, de ahí que pueda ser fuente de conflictos.

Después de tener clara la organización: grupos, medios grupos, tutorías, jefaturas de áreas y departamentos, materias comunes, optativas, horas de apoyo y refuerzo, grupos que las necesitan imperiosamente, personal que las va a impartir, quién admite otro profesor o profesora en clase, grupos de religión (que limitan escandalosamente las posibilidades organizativas), … se suele preguntar al profesorado sus preferencias en horas libres, para tenerlas en cuenta si fuera posible: conseguirlo puede mejorar las condiciones laborales y con ello el ambiente de trabajo. Si se respetan los criterios pedagógicos redunda en beneficio colectivo, a la vez que individual.

Y puede ser que se produzcan incongruencias como que la misma persona que  ha defendido con calor al debatir las prioridades para la elaboración del horario que determinada materia (la suya) no debería impartirse a última hora, cuando el alumnado está cansado, pida que sus horas libres sean las primeras de la mañana para poder llevar a su hija al colegio. Y sucede que la mayoría quiere libres las últimas horas del viernes y muchos alguna responsabilidad que no suponga mucho trabajo y le libre de guardias, y…

A la hora de elaborarlo hay distintos métodos, pero se suele utilizar el mismo en dos modalidades: una aplicación informática, bien usada por el equipo directivo o por personal ajeno al centro, una empresa que obtiene pingües beneficios a cambio de limar las tensiones en los claustros.

Precisamente hoy, domingo, víspera del comienzo oficial de las clases, sé de algunos equipos directivos (y habrá muchos otros) que están peleándose con el programa para que los horarios de todos los grupos sean lo mejor posible, afinando el nivel de las coincidencias en días seguidos, en horas en los últimos tramos, en grupos a la misma hora para poder hacer agrupamientos flexibles, en las preferencias del profesorado… El mejor horario que consigan (desecharán muchos por el camino) no respetará todos los criterios pedagógicos fijados al cien por cien, ni se adecuará a las peticiones de todos y todas. Y mañana habrá quien piense que ha tenido mala suerte o puede que hasta crea que le han fastidiado adrede porque les cae mal. Y quien entienda que ya es una suerte que haya unas cuantas horas a la semana que no tienen horario fijo, mientras la mayoría de los trabajadores no pueden ni opinar del suyo. Pasados unos días el horario de trabajo es una rutina, se acaba la tensión.

Algunos centros (bastantes a juzgar por la dificultad para obtener cita) acuden a una empresa externa, que tiene dos configuraciones distintas de la misma aplicación: una para centros públicos y otra para centros privados. En la de centros privados priman los criterios pedagógicos fijados por la dirección: el profesorado de todas formas está en el centro al menos tantas horas como el alumnado, y en su contrato están claras las condiciones laborales. En la configuración para  centros públicos prima la preferencia del profesorado: garantizan horarios compactos (con pocas horas sin clase por medio) y al menos dos horas libres a petición del interesado. No están dispuestos a cambiar los criterios aunque se les pida, porque si el profesorado no queda contento con el horario, el curso siguiente el centro no será cliente. Lo dicen así de claro. Lo sé porque nos sucedió: un año en que teníamos remanente económico y muchas dificultades de otro tipo decidimos probar. Pero queríamos que los criterios pedagógicos acordados tuvieran prioridad. Nos dijeron que de su empresa no salía un horario que no cumpliera sus compromisos, si no nos interesaba podíamos irnos.

Dedicada a mi amigo Juanma que precisamente hoy ha estado trabajando en ello.