Vaya por delante que soy consumidora de cultura y no he descargado muchos archivos en mi vida. Lo que no es óbice para que perciba claramente que la situación ha cambiado y no va a volver atrás, que hay que adaptarse a los nuevos tiempos.
Seguro que algunas profesiones van a perder actividad o se van a transformar y algunas dejarán de existir, como ha sucedido históricamente cuando los avances tecnológicos han sido suficientemente significativos, pero no se pueden poner puertas al campo.
Recogeré aquí artículos de opinión que aporten argumentos interesantes según los vaya encontrando:
Diez disposiciones adicionales sobre el futuro de la cultura e internet de Javier Peláez en La Aldea Irreductible.
El milagro de los panes y los peces de Fernando Savater.
Sobre la propiedad intelectual y otros tipos de sociedad en Dura lex.
La cena del miedo de Amador Fernández-Savater, en Acuarela Libros.
A favor de internet, de Jesús Mosterín, el El País
Los límites del diálogo, de Enrique Dans, en su blog
Soy internauta de Javier de la Cueva en CiberP@ís
Es la dictadura de los señores de la red, de Alejandro Sanz en El País
Respuesta a Alejandro Sanz, de Lucas Sánchez, investigador del Centro Nacional de Biotecnología.
La piratería no existe de Juan Gómez-Jurado, periodista y escritor. Opinión mesurada, razonada, nada visceral.
Los colegas de Mad Max, de Fernando Savater.
Las editoriales comienzan a llorar, de RINZEWIN
Sordo, de Ray Loriga, que parece haber leído sólo a una parte, porque los insultos son una moneda muy corriente también en la otra.
Élites protegiendo élites, deYolanda Díaz de Tuesta. Largo y meditado.
La Ley Sinde y el laberinto de las metáforas, de Perogrullo
El mal menor, otro largo y fundamentado artículo de Yolanda Díaz de Tuesta.
» Nunca he oído que cuando los obreros metalúrgicos defienden sus puestos de trabajo o los que padecen contratos basura exigen más seguridad laboral alguien les censure por reclamar lo que les beneficia. ¡Naturalmente que lo hacen! Con mejores o peores razones en cada caso, luchan por que su esfuerzo cotidiano se vea dignamente retribuido. »
¿Este hombre se ha planteado, al escribir ésto, que si el obrero de cualquier fábrica deja de producir, inmediatamente deja de recibir un sueldo o éste se reduce al mínimo?
Me parece que no entiende lo que es un «trabajo a producción». Así produces, así ganas.
Que yo sepa, un empleado de un astillero, por ejemplo, no cobra de por vida por el primer barco que construyó/reparó.
Si quieren seguir recibiendo una compensación económica, que sigan trabajando, como hacemos todos los curritos. Que yo también me apunto a que me llegue el dinero sólo a casa sin yo moverme del sofá.
Mi pretensión es recoger los distintos puntos de vista. Seguiré buscando razonamientos en ambos sentidos, porque la información es necesaria para formarse un juicio. Creo que tu opinión, y la de muchos, está clara. Gracias por manifestarla.