Hasta hace un rato, aunque hubiera tenido noticias de que hay pruebas atléticas para personas mayores -¿un eufemismo para evitar decir ancianas? En este caso no: la imagen asociada a ancianidad se compagina mal con la mujer que aparece en las fotos-, no sabía nada de ellas.
Quizá por eso, por la hipótesis científica que se plantea (y porque estoy dándole vueltas a la idea de jubilarme), me ha llamado la atención el artículo La nonagenaria volante, publicado originalmente en The New York Times.
A partir del caso de Olga Kotelko, de 91 años y batiendo records en pruebas atléticas, se plantean posibilidades y beneficios desconocidos del ejercicio físico para personas con mucha edad.
Si les interesa, por la razón que sea, ahí está.
Las fotos, del artículo en El Pais