Todos los días podemos ver los efectos del odio a las personas diferentes, en muchas ocasiones a las más pobres, casi siempre a las más indefensas. Casi todos los días cerramos los ojos: no vemos los informativos a la hora de comer porque nos amargan la comida, no leemos sobre determinadas cosas, no queremos que nos hablen de…
Pero a veces la realidad se impone, y en los días de atrás lo ha hecho:
- Un individuo entra en una discoteca en Orlando, Estados Unidos, mata a cuarenta y nueve personas y hiere más de cincuenta con un rifle de asalto que había comprado la semana anterior. Dado que la discoteca se reconoce como de ambiente gay, parece que la motivación es… odio. A las personas homosexuales entre las que según rumores podría encontrarse el propio atacante. (Por más que lo pretendan algunos ser homosexual o hetero no es una elección).
- Dos mujeres asesinadas por sus parejas en 24 horas. Y van, al menos, 22. En España. El machismo tampoco está superado. Y ambas actitudes están en la misma órbita. Lo decía Alberto Garzón y por ello se le ha ridiculizado enormemente, pero tiene razón: los valores y principios machistas y homófobos que determinan la concepción del mundo en demasiadas personas de nuestra sociedad, son la causa de las muertes de Orlando y de las mujeres víctimas de violencia de género. Lo dijo en este tuit:Ridiculizar a alguien es una forma de pretender quitarle la razón. El artículo de @barbijaputa enlazado arriba, en el punto anterior, da una respuesta que comparto, como compartí el diagnóstico de Garzón en su momento:
- Jo Cox, diputada británica, fue asesinada a tiros y puñaladas, en Yorkshire, Reino Unido, al grito de «¡Britain First!«. Es decir, odio a quienes vienen de fuera, nacionalismo excluyente, ceguera y cerrazón. Justo lo que no tenía la diputada asesinada que hacía campaña por la permanencia de su país en la Unión Europea (los que están en contra lo hacen precisamente buscando hacer realidad el grito del asesino) y era reconocida por sus actividades solidarias.
- El Arzobispo de Valencia, España, ataca al colectivo gay y a la ideología de género, con tal agresividad que la fiscalía estudia si ha cometido delito de … odio. Menos mal que representa a una religión cuyo primer mandamiento es el amor.
- Y de la actitud de Europa, con especial mención la de España, para con los refugiados, ¿qué decir? Supone el olvido, el desprecio de los valores sobre los que, parece que teóricamente, se fundó.
Supongo que está claro que sólo he querido hablar del primer mundo, de nuestro mundo, el que consideramos más evolucionado, mas avanzado en valores y derechos y en el que el odio mueve a demasiadas personas con consecuencias tremendas.
¿Qué podemos esperar del futuro si seguimos sembrando odio? ¿O acaso creemos que nace por generación espontánea? ¡Ay, la educación!