¿A que no parece posible que alguien que vive en una ciudad de doscientos mil habitantes, trabaja en un instituto, tiene hijos, viaja, intercambia su casa con personas de otros países, y muchas más cosas, viva sin móvil? No sin smartphon, no, sin teléfono móvil, como vivíamos en el siglo pasado. Pues lo es y ahi está, tan feliz, sin ser consciente de lo que se pierde y lo que podría hacer. Pensando que quienes utilizamos el móvil perdemos mucho tiempo en tonterías.
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