En la última quincena de mayo Jerez aparece así, tomada por el lila de las jacarandas que flanquean muchas de sus avenidas. Siempre pensamos en la calle Porvera en la que las jacarandas forman un techo vegetal que impide que los rayos del sol lleguen al suelo, cosa que se agradece cuando el calor aprieta, pero no sólo no es la única sino que ni siquiera es la mejor de las muchas que hay.