El pasado jueves, cuando nos habíamos reunido para despedir al que durante el último curso ha sido -todavía es- nuestro Inspector, D. Manuel Santander, que se jubila, supimos que próximamente se le entregará la Medalla al Mérito en la Educación con la que le ha distinguido la Junta de Andalucía junto con otras dos personas: el filósofo José Antonio Marina y el alumno del Conservatorio de Música Manuel Calderón.
Las tres me parecen bien y estoy de acuerdo con las razones por las que se conceden, pero me alegro especialmente por la de Manolo Santander con el que he trabajado en diversas ocasiones a lo largo de más de treinta años, contando siempre con su mejor disposición para resolver los problemas que en los centros se puedieran presentar y que como un compañero resumió acertadamente nos ha ayudado a vivir la Educación sin hacernos sentir la Inspección.
Seguiremos en contacto porque sus proyectos merecen ser seguidos con atención. No tiene intención de descansar, sino de proseguir una investigación en la que lleva empeñado muchos años, y que es una de las tres razones por las que se le concede la Medalla. Estoy segura de que lo hará con el mismo nivel con el que ha desarrollado sus actividades profesionales.
¡Ah! Las razones:
– Su dilatada y fructífera vida profesional: cuarenta y dos años de trabajo como profesor, director e inspector de educación.
– Su decisiva actuación como inspector de educación en el ámbito de la educación especial, su responsabilidad durante muchos años.
– Su trabajo en la recuperación de la memoria histórica en el campo de la educación.
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