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Mi madre, una de esas mujeres que llevaron el mundo sobre sus hombros, ya no está

Muchas veces recuerdo el tiempo de recolección, en verano, siendo yo pequeña. ¿Quién se levantaba la primera para dejar aviada la comida para los que nos quedábamos en casa (tres o cuatro niños/as y la abuela sentada en su silla porque apenas podía andar apoyada en su cayado)? ¿Quién preparaba el café (achicoria, claro) para el desayuno, y la fiambrera para llevar? Y antes de amanecer, de  camino, para estar a la salida del sol segando el trigo, o cogiendo lentejas, o garbanzos, a la par que su marido.

Pero lo peor venía después, al volver a casa. ¿Será que no traían el mismo cansancio? Porque mientras mi padre daba de comer y beber a las vacas (la yunta) y al borrico, y luego se derrumbaba en la silla, ella preparaba la cena, lavaba la ropa y atendía en lo que hiciera falta a sus hijos pequeños y su madre.

Y si se nos ocurría, críos al fin, acercarnos a él nos decía:

– Anda, deja a tu padre, que está cansado.

Y todo el mundo lo veía normal.

Sirva este recuerdo para presentar a una mujer extraordinaria, como la mayoría de las que vivieron aquellos tiempos durísimos de la posguerra siendo pobres de solemnidad, que se decía. Y no porque no trabajaran.

Mi madre había heredado de su padre la cuarta parte de una huerta (eran cuatro hermanos), y a mi padre su abuelo (no su padre) le cedió algunas tierras para  que las cultivara y así se defendieran. Pero apenas les llegaba. La he oído decir que en aquellos primeros años de matrimonio muchas noches se acostó sin saber cómo y con qué iba a hacer la comida del día siguiente, aunque luego siempre lo logró. Y el médico del pueblo le dijo (un día que se encontraron por la calle, que la consulta había que pagarla) que él tenía a su primer bebé (yo) apuntada  en la lista de los muertos, porque se había enterado de que me estaba criando con sopas de ajo. Se le había retirado la leche y no había para otra cosa. ¿Cuánto sufrimiento suponen experiencias como esas para una madre?

Sé que se casó enamorada, no porque ella lo dijera, sino porque de otra forma no se entendería una boda en contra de la opinión de las dos familias y en la que ni siquiera perdía el control materno puesto que el matrimonio se quedó a vivir con mi abuela, su madre viuda,  que ya por entonces apenas andaba apoyada en un bastón o en la silla de enea en la que se sentaba.

A los nueve meses y nueve días de su boda nací yo y luego, más o menos cada dos años fueron naciendo hijos e hijas hasta nueve. En un caso el intervalo fue mayor porque tuvo un aborto (espontáneo, por supuesto) por medio. Como consecuencia del aborto hubo de someterse a un legrado y aceptó que se lo practicaran sin anestesia para no tener que pasar una noche en el hospital. (Ya era difícil pagar la operación para tener que añadir la estancia y además, ¿qué iba a pasar en su casa si ellos no volvían? La ciudad estaba a veinte km  y no había forma de avisar).

No es que quisiera tener tantos hijos sino que el único método de control de natalidad al que tenían acceso, aparte de no tener relaciones, claro, era el permitido por la iglesia, el Ogino, que me consta que utilizaban porque encontré un libro que tenían escondido y trataba de él. Y su caso demuestra que los seguidores del método ogino se llaman…  padres de familia numerosa, como se decía con guasa en mi juventud.

Después de tres niñas el cuarto fue niño y nació con parálisis cerebral, aunque ella siempre dijo que los primeros días no tenía problemas. Vivió alrededor de dieciocho años, requiriendo una atención constante que nos repartíamos.

Cuando supo que estaba embarazada por novena vez (décima si contamos el aborto) lloró desconsoladamente. Decía que su confesor le había dado permiso para abortar, que ya había cumplido de sobra con su función reproductora. ¡Como si fuera tan sencillo! Tuvo una hija con síndrome de down y casi muere en el parto.

Por el bien de su marido enfermo (el médico le había dicho que si no cambiaba de entorno y se libraba del estrés que le suponía la proximidad de su familia, moriría) se llevó a su familia a la ciudad, donde arrendó una huerta con vivienda y cuatro vacas lecheras, abandonando lo conocido para empezar una nueva vida. Para entonces ya tenía cuatro hijas, la última bebé todavía, y dos hijos, la mayor de ellos con trece años.

Convenció a su marido (que pensaba que los hijos tienen que seguir los pasos de sus padres) para que su hija mayor, pese a la difícil situación familiar, comenzara a estudiar (con beca, naturalmente) porque la maestra del pueblo le había dicho que sería una pena que no lo hiciera.

Era el alma de su casa, el sostén de la familia. Trabajaba en el campo y llevaba la casa. Y llevar la casa en su primera época de casada significaba algo muy distinto de lo que es hoy porque no sólo no había luz eléctrica, ni agua corriente, es que el agua para beber había que ir a buscarla a una fuente a un par de km. y lavar con agua del pozo era casi imposible porque era salobre, de forma que la ropa la lavaba en el regato, de rodillas sobre una tajuela y frotando sobre un lavadero. El traslado de domicilio suavizó esos aspectos a cambio de endurecer otros.

Pocas veces la vi hacer algo por gusto, siempre la necesidad o lo que otro u otros querían estaba por delante. Quizá lo más parecido al tiempo dedicado a su placer haya sido cultivar flores desde que tuvo la huerta al lado de casa. Un gusto que nos ha contagiado a muchos de sus hijos e hijas.

También nos transmitió al educarnos el machismo inherente a su sociedad. En casa no era igual ser chico que ser chica, ya quedó claro al principio. Las mujeres hemos tenido que romper muchos esquemas para superarlo, en alguna medida.

En enfados y discusiones utilizaba, sin ser consciente de ello, una estrategia muy de género: lloraba, se ponía enferma (de verdad, no fingía)… y la mayor parte de las veces conseguía lo que pretendía sin poner en cuestión la autoridad de su marido, que era quien tenía que mandar según su criterio.

Conseguir que sus hijas e hijos no tuviéramos que pasar por lo que ella pasó y que su hija pequeña quede en buenas manos cuando ella falte, han sido sus mayores preocupaciones, una vez superada la enfermedad de su marido.

Como la mayoría de las mujeres de su generación sobrevivió a su marido, y mantuvo el alzheimer a raya hasta que él falleció, siempre pendiente de sus horarios y sus medicamentos. Luego, sus recuerdos se confundieron y aunque el sufrimiento físico pareció desaparecer después de pasar una vez por la unidad del dolor, su sufrimiento mental en los momentos de lucidez y en los de mayor extravío, no dejaba lugar a dudas.

¡Cuántas veces le escuchamos decir en estos últimos años la de veces que le había pedido a ese Dios en el que creía que se la llevara! ¡Y cuánto habríamos agradecido ahora que su muerte hubiera sucedido en cualquiera de las veces en que anteriormente estuvo grave! Pero no, ha tenido que ser ahora, cuando este insidioso virus la ha privado, y nos ha privado, de toda compañía.

Que sus últimas palabras inteligibles fueran para agradecer al personal sanitario que la estuvieran cuidando da una idea, otra más, de su calidad personal.

Ella fue una de las mujeres que han sostenido el mundo, cargando con tareas familiares y sociales que debían haber sido compartidas, arrastrando preocupaciones, y haciendo lo posible y lo imposible para que la siguiente generación lo hayamos tenido más fácil. Sin su esfuerzo y su sacrificio no estaríamos donde estamos.

 

Calentando motores

Dice Marea Verde a la comunidad educativa:

EL DECRETO DE ESCOLARIZACIÓN (BOJA de 19 de febrero), 

UN ATAQUE MÁS A LA ESCUELA PÚBLICA

Este Decreto destruye los beneficios del sistema de escolarización por distritos y anuncia la eliminación progresiva de los centros públicos.

El Decreto de Escolarización para el próximo curso, recoge la posibilidad de que todas las familias puedan elegir un centro educativo privado-concertado en su zona de influencia, una medida engañosa y perjudicial para el sistema educativo andaluz.

Los centros educativos privados -concertados surgieron al no ser capaz la red pública de absorber todo el alumnado demandante, en un momento de explosión demográfica y aumento de la edad de escolarización obligatoria.

NO EXISTE UNA SUPUESTA LIBERTAD DE OPCIÓN ENTRE DOS MODELOS. SÍ EXISTE EL DERECHO UNIVERSAL DE LOS PADRES Y MADRES A DAR UNA EDUCACIÓN A SUS HIJOS. Y EL ESTADO ES EL ENCARGADO DE OFRECER CENTROS ESCOLARES CON TODOS LOS EQUIPAMIENTOS Y SERVICIOS, LO MÁS PRÓXIMOS A LAS VIVIENDAS DE LAS FAMILIAS.

La escuela pública es la única garantía de este derecho universal a la educación en condiciones de igualdad y democracia, la que más y mejor asegura la igualdad y la convivencia democrática.

Este Decreto presenta a la concertada como una opción de más calidad, algo que no es cierto. LOS CENTROS PÚBLICOS PRESENTAN CONDICIONES OBJETIVAS MÁS FAVORABLES PARA LA EDUCACIÓN DE CALIDAD. Y así lo demuestran todas las evaluaciones nacionales e internacionales que valoran nuestro sistema educativo.

Otra cosa es que tras esa pretendida libertad de elección de centro escolar lo que realmente se esconde es una preferencia de selección escolar. Es decir, la predilección que algunas familias muestran por ciertos centros por la creencia de los padres y las madres de que los ‘contactos’ sociales pueden influir en los resultados educativos y en el futuro socio-laboral de sus hijos e hijas. Es decir, por una cuestión de clase. Apostar por un modelo que segrega al alumnado y que sirve a las clases medias y altas para alejarse del alumnado extranjeros y de las clases bajas.

Pero la diversidad es una oportunidad y una riqueza. La equidad y la cohesión social son señas de identidad de la Escuela pública que NO PRETENDE QUE UN CENTRO SEA EL MEJOR, SINO QUE TODOS SEAN MEJORES.

Por todo lo anterior RECHAZAMOS EL “DECRETAZO” DE ESCOLARIZACIÓN

Exigimos un Sistema Público de Educación, de titularidad y gestión pública, como eje vertebrador y fundamental del sistema educativo. El señor Imbroda pretende introducir en la Educación Pública métodos propios de la empresa privada basados en la obtención del mayor beneficio con el menor coste, una visión productivista que nada tiene que ver con los principios fundamentales del Derecho Universal a la Educación. La Educación es un derecho y un servicio público. El Estado debe concentrar sus esfuerzos en mantenerlo y mejorarlo.

Como ha afirmado el Consejo Escolar de Andalucía, la aplicación de este decreto favorecería la migración de alumnos a centros concertados provocando aún más la masificación en las aulas de estos centros y el “vaciado” de las aulas en los públicos, conduciendo a una “justificación provocada” para cerrar colegios públicos.

POR ESO OS INVITAMOS EL 4 DE MARZO A SECUNDAR LA HUELGA GENERAL DE EDUCACIÓN

¡PARTICIPA EL 4 DE MARZO EN LA CONCENTRACIÓN  EN LA PLAZA DEL ARENAL 18:30H!

¡¡DEFIENDE LA ESCUELA PÚBLICA!!

Carta abierta al Consejero de Educación de la Junta de Andalucía

Señor Imbroda:

Hace unos días dijo usted algo luego fue publicado en twitter en la cuenta oficial de la Consejería:

Al decir lo que dice da usted por supuesto que la escuela concertada es mejor que la pública, lo que en términos generales es un craso error: en las pruebas realmente objetivas, calificadas a ciegas sin intervención de personas interesadas, como son las de selectividad, el alumnado de la pública obtiene mejores resultados.

Como le dice, expresamente, una asociación de directores y directoras, desde la pública no se mira a la concertada de reojo sino de frente y los ojos, y desde luego sin complejo de inferioridad. Si fuera tan buena como pretende no necesitaría tanta ayuda.

Eso en términos cuantitativos, porque hablando de los cualitativos no digamos. Fíjese:

  • Los medios de la pública no son buenos, ya se han encargado ustedes con sus recortes de que así sea, y no cuenta con la financiación extra que aportan los padres en la concertada. Ya sé que que las aportaciones no son obligatorias (está prohibido por ley) pero se disfrazan de donaciones y quien no colabora sabemos como termina. Y pese a ello se han mejorado los resultados muy significativamente.
  • El alumnado con necesidades educativas especiales está casi en su totalidad en la pública. Esto es un valor, una oportunidad, una riqueza en cuanto a crecimiento personal, cohesión social, aprendizajes para la vida… pero aumenta las necesidades de medios y personal, de trabajo del profesorado para alcanzar los objetivos. Si quiere tener una ligera idea de lo que hablamos le recomiendo que lea este pequeño artículo de un compañero que habla de otro éxito educativo. Espero que tenga usted la sensibilidad suficiente para valorarlo.
  • La escuela pública, dice el movimiento Marea Verde,  es integral, equitativa, solidaria, innovadora, democrática, laica, plural, inclusiva, global y de tod@s y para tod@s. Está explicado aquí. En la concertada se selecciona al alumnado, se adoctrina, las familias y el alumnado son clientes, …
  • La escuela pública es un servicio público la concertada es un negocio y usted, que ha sido socio fundador de una empresa dedicada a ello, lo sabe bien. No tienen, ni de lejos, los mismos objetivos.
  • Cuando hablan ustedes de libertad de los padres para elegir un centro concertado como un derecho, retuercen y desvirtúan los argumentos porque lo que pretenden de verdad es que los centros concertados tengan más libertar para elegir a su alumnado. Usted sabe que siempre lo han elegido. Con mucha mano izquierda, eso sí, por el bien de cada alumno o alumna que estaría mejor en un centro público dadas sus características.  Las familias tienen derecho a un centro educativo cercano y de calidad, es decir, en general, público. Deberían ustedes recordar que se concertaron centros privados cuando la red pública no podía acoger a todo el alumnado al ampliarse la escolarización obligatoria. Lo temporal pretenden ustedes convertirlo no solo en permanente sino en prioritario.

Considero que una persona que acepta el cargo de Consejero de Educación debe tener entre sus objetivos la mejora de los servicios públicos, la escuela entre ellos. Minusvalorarlos, como hizo usted en la frase de marras, desprestigiar a sus docentes de esa forma, me parece indigno del cargo que ocupa. Se diría que hemos puesto, como en el cuento, a la zorra a cuidar de las gallinas. Demuestra usted que no conoce más que de oídas aquello de lo que se encarga.

Desde muchos estamentos se está dando respuesta a un decreto que supone un ataque a la linea de flotación de la escuela pública: sindicatos, AMPAs, directores de primaria y secundaria, grupos y asociaciones que defienden los servicios públicos en general y la escuela en particular. Y en la presentación decía usted que era un decreto consensuado. ¿Consensuado? ¿con quién?

Un decreto que al parecer ni siquiera conoce bien. Mírese:

No sé a usted, a mí su intervención me produce vergüenza ajena. ¡Qué nivel!

En fin, consejero, que no estoy de acuerdo con la gestión que usted está haciendo de la educación, contraviniendo todas las experiencias de éxito en Europa (los países con más éxito educativo sólo tienen enseñanza pública -Finlandia- y cuando hay otro tipo es minoritaria). Pero desde mi desacuerdo le entiendo: para ustedes, los que se dicen liberales, el negocio es lo primero.

Saludos.

¿En qué tipo de centro vas a matricular a tu hija, a tu hijo?

Los míos siempre han estado en la escuela pública, igual que lo estuve yo en mi tiempo. Para mí no había otra opción, era lo que había, pero yo sí hubiera podido elegir para ellas y para él otro tipo de escuela si hubiera querido. Pero sinceramente creo que elegir la escuela pública es la mejor opción por muchas razones, personales y sociales. Sólo algunas:

  • Conozco el trabajo que se hace en los centros públicos desde dentro y sé de su calidad. Puede haber puntualmente malas experiencias, igual que en los privados, pero son eso, puntuales.
  • La convivencia con compañeros y compañeras diversos en recursos y capacidades supone una riqueza y un aprendizaje para la vida en la que siempre existen diferencias. Aprender a valorar a las personas diferentes y descubrir sus capacidades nos hace mejores personas.
  •  Como madre o padre, si quieres, puedes participar en la vida del centro y en la toma de decisiones.
  • Nadie impondrá a tu hijo o tu hija una forma de pensar. Se intentará que sean personas críticas, que piensen por sí mismas y aprendan a respetar los pensamientos y sentimientos de las demás.
  • Convivirán fuera de la escuela con sus amigos y amigas de dentro y de fuera de ella, lo que mejora la cohesión social.

Y considero que puedo por tanto pedir a otras personas que hagan lo mismo que yo hice: matricular a su hijo, a su hija, en la escuela pública y luchar con su comunidad educativa para sea cada día mejor.

En defensa de la escuela pública

Ciudadan@s por la educación pública, una organización ciudadana independiente, lanzó en 2012  una campaña en favor de la educación pública intentando protegerla del desmantelamiento que estaba, y continúa, sufriendo.

Lo hizo con un manifiesto y un video que son hoy tan oportunos  como lo eran entonces, o más.

El manifiesto:

  1. La Educación Pública es un derecho constitucional y Patrimonio nacional irrenunciable.
  2.  La Educación Pública es factor de cohesión social, favorece la igualdad de oportunidades e integra la diversidad.
  3. La Educación Pública es calidad. No aceptamos que se deteriore, sino que se trabaje para mejorarla desde todos los estamentos.
  4. La Educación Pública no es un negocio.

Y el video, con la participación de personas tan relevantes como Mayor Zaragoza, Sami Naïr, Santos Juliá, David Trueba o Teresa Berganza, reivindicando y defendiendo una escuela pública de calidad:

 

Decálogo

Está a punto de comenzar el plazo de matriculación del alumnado de enseñanzas infantil, primaria,  especial y secundaria y la Consejería de Educación presidida por @javierimbroda (quien, por cierto, tiene intereses en la enseñanza concertada (1) lo que debería ser incompatible con su cargo de Consejero de Educación) ha lanzado el primer ataque a la linea de flotación de la enseñanza pública con el decreto de escolarización.

Lo explicaré con más detenimiento, pero no en esta entrada. Por hoy me conformo con recoger el decálogo que la Marea Verde ha elaborado de la escuela pública, con cuyas ideas que no puedo estar más de acuerdo.

Aquí lo tienen:

La escuela pública

1. Es de todos y todas: garantiza el derecho gratuito a la educación, no busca el negocio.

2. Es para todos y todas: Genera cohesión social y no excluye ni segrega a nadie.

3. Es integral: Educa integralmente y no busca solo resultados académicos.

4. Es equitativa: Garantiza igualdad de oportunidades y compensa desigualdades sociales.

5. Es solidaria: Busca el éxito escolar y social de todos y todas.

6. Es innovadora: Cuenta con profesionales con compromiso y preparación.

7. Es democrática: Las familias participan y deciden, no son “clientes”.

8. Es laica y plural: Educa en libertad y no impone dogmas y creencias particulares.

9. Es inclusiva: considera la diversidad como una oportunidad y una riqueza.

10. Es global: No pretende que un centro sea el mejor, sino que todos sean los mejores.

(1) Me advierten que fue socio fundador de la empresa y vendió sus acciones al ser nombrado consejero. Pero queda claro cuáles son sus intereses, ¿no es verdad?