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El machismo hace sufrir, y mata

Parece que no es tan fácil como puede parecer (y como debería) reconocer las actitudes y actuaciones machistas en la sociedad y en la familia. Si lo fuera no se colarían en anuncios y también en expresiones y manifestaciones de gente bien pensante que no se considera machista,  indicios de lo que hay debajo de las buenas formas, en cuanto se rasca un poco.

Como sufrió Loli con sus nietos en un juego de feria, y cuenta aquí.

Como describe  en un gran artículo lleno de ironía Barbijaputa la exposición de  juguetes en un centro comercial en los días previos a reyes.

Como le sucedió a la vicepresidenta del gobierno en funciones cuando pretendiendo, entiendo yo, destacar actitudes machistas en los chicos lo que hizo fue culpabilizar a las chicas de la violencia que sufren: No le permitas que…  (Si lo permites es tu responsabilidad)

Como les sucede a los maridos colaboradores (por supuesto no machistas) cuando dicen, incluso si la mujer trabaja fuera de casa y él no, que ayudan o colaboran en las labores domésticas. No comparten, si ayudan es porque no son suyas, claro. Están haciendo un favor. ¿A quién?

O a las madres que están encantadas de que su hija tenga novio porque así esta controlada. Es que es tan difícil… se excusan cuando les haces pensar en ello. Los chicos no necesitan control.

O las que incitan a sus hijas a aguantarse porque la convivencia es difícil y alguien tiene que ceder.

O las que no se respetan a si mismas y no se hacen respetar ejerciendo sus derechos, y con ello enseñan sin pretenderlo tanto a sus hijos como a sus hijas que en la familia la mujer está subordinada. Y si lo está en casa, ¿dónde no? ¿Como podrán sus hijas considerarse iguales a sus compañeros? ¿Como podrán sus hijos tratar a sus compañeras como iguales?

Me llamó la atención un artículo relacionado con el asesinato de una mujer por su pareja, nomasvg-forgesporque los amigos y vecinos no querían que se hablara de violencia de genero sino de locura porque era muy buena persona. Pero los síntomas eran claros:  La tarde anterior «fue la primera vez» que la fallecida podía quedar a solas con una amiga. Le había dicho a su marido que necesitaba un poco de espacio. El no quería que ella saliera. ¿Por qué empatizan tanto con él? Para mí está claro: porque si rascas…

Llevamos muchos años trabajando en coeducación, en igualdad, en las escuelas. Y los resultados no son buenos: muchos chicos minusvaloran a las mujeres en general y a sus parejas en particular, hay chicos que maltratan a sus parejas y chicas que soportan  los malos tratos (lo he visto) sin romper la relación, las madres siguen siendo las responsables de la casa y de los hijos en demasiadas ocasiones (a veces con ayuda), una mujer que trabaja muchas horas fuera de casa es una madre ausente pero un padre que trabaja muchas horas es un hombre responsable…, y siguen muriendo mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas.

Y es que mientras en las familias la relación no sea igualitaria; mientras la sociedad tolere y no reconozca las actitudes machistas; mientras haya quien defienda desde un partido político que es igual la violencia de los hombres hacia las mujeres que la de las mujeres hacia los hombres, sin tener en cuenta que las estructuras sociales están tan asentadas sobre el machismo que es el miedo  del hombre que ve amenazado su poder, el de quien que ha construido una sociedad a su medida y no quiere perder sus privilegios el que actúa y el que puede que incluso esté repuntando, como se argumenta en este artículo; mientras haya obispos que ligan la violencia de género con que ellas piden el divorcio; mientras todo eso no cambie, aunque en la escuela se trabaje, se debata, se analice, se llegue a conclusiones y se presenten en distintos formatos, la evolución será demasiado lenta.

Y en las escuelas se sigue trabajando. Como muestra un botón. Pero es necesario algo más. Para modificar esas estructuras latentes o manifiestas hace falta un acuerdo global para activar todos los recursos posibles.

Un video sobre las pequeñas cosas que llevan a las grandes:

 

 

 

 

 

Normalidad

tren_de_la_libertad

Comentábamos hace unos días, al hilo de la modificación de la ley del aborto (aunque la llamen con larguísimos eufemismos), como ha ido cambiando la situación de las mujeres al respecto, y la mentalidad de la sociedad al mismo tiempo.

Las cuatro mujeres participantes en la conversación ejemplificábamos el cambio. Tres habían abortado siendo solteras al no querer hipotecar su vida con un bebé no deseado, pero las condiciones fueron  muy diferentes:

  • Una fue a Londres, sin publicidad. En aquel momento sólo quien dispusiera de medios económicos para desplazarse y pagar la intervención podía abortar con garantía. Y había que hacerlo en secreto, porque era delito. La opción de ponerse en manos de cualquier carnicero, hombre o mujer, era jugarse la vida y muchas mujeres la perdieron así.
  • La segunda intentó hacerlo en la Seguridad Social nada más aprobada la ley de plazos. Le pusieron tantas trabas y trataron de tantas formas de hacerle cambiar de idea, pretendiendo que iba a cometer un crimen, que terminó haciéndolo en la sanidad privada, allí sin problemas. La doble moral en escena.
  • La tercera no había encontrado dificultades para hacerlo en la Seguridad Social , después de manifestar la firmeza de su decisión, sin ser acusada de nada.
  • En el caso de la cuarta, que en orden cronológico debiera ser la primera, si hubiera querido abortar no hubiera tenido ocasión por falta de medios para ir a Londres, y de información. Se hubiera visto obligada a ser madre sin apoyo familiar. Las familias católicas de entonces eran así de estrictas. Habría tenido una vida bien diferente.

Por más que la jerarquía católica pretenda que todo siga como hace cuarenta años, cuando la legislación estaba hecha a su medida hasta el punto de considerar delito lo que para la ella era pecado, los anticonceptivos no estaban disponibles, el aborto más que prohibido (aunque las hijas de los ricos y poderosos no tenían hijos no deseados) y los disconformes no podían ni reunirse para hablar so pena de ser considerados subversivos, la sociedad ha cambiado tanto que Gallardón no ha sido capaz de conseguir que se apruebe una ley que pretendía devolvernos a las mujeres a la situación de hace treinta años. Y eso disponiendo de una mayoría absoluta que les ha permitido eliminar de un plumazo derechos que habíamos creído conseguidos para siempre. En este tema no se han atrevido a tanto, aunque hayan modificado algunos aspectos para dar cancha a sus afiliados más extremistas.

Hoy ya no hay que esconderse para hablar de abortar, aunque para ninguna mujer sea un plato de gusto, ni se tome a la ligera. Se puede hacer con normalidad porque tener hijos es una elección, no una obligación. Como siempre debió ser.

La imagen, tomada de internet.

 

 

 

 

No somos tontos, ni tontas

En estos días de verano en los que nos encontramos fuera de los espacios habituales, estoy descubriendo que el curso escolar se está alargando para personas que solían terminarlo antes. Y eso porque están muy preocupadas.

2014-05-05 11.41.54He coincidido en distintos espacios, un paseo por la playa entre ellos, con directoras y directores de primaria que todavía ayer estaban fijando una fecha para una cita en la Consejería de Educación, y que expresaban su preocupación por las consecuencias de las nuevas normas de funcionamiento de los centros.

Y es que pese a que el gobierno de la comunidad mantiene su tesis de que no se aplicarán recortes en educación éstos son evidentes, según quienes los sufren:

  • Se acabó el profesorado de sobredotación por bilingüismo. Hay que seguir haciendo lo mismo pero con un/a profe menos.
  • Se mantiene la reducción de dos horas para el profesorado con más de 55 años, pero sólo se dota al centro de un profesor a partir de diez personas con derecho a la reducción. Si son nueve (dieciocho horas) el centro se las apaña. ¿Cómo? Todos los grupos de clase tendrán que estar completos en todo momento con un solo docente, es decir:
  • Se acabaron los apoyos al alumnado que tiene otras necesidades educativas. Los borradores del Decreto y la Orden que lo desarrolla reconocen su necesidad, especifican criterios, actuaciones y medidas de atención a la diversidad… que se fían a la autonomía de cada centro. ¿Sin dotarlo de profesorado? Si es así, como parece, se acabó la calidad de la enseñanza.
  • igualdad-justicia-utopia-2Hay quien teme (y es avezado en verlas venir) que se vaya a tratar a todos los centros por igual. Y nada hay más injusto que tratar igual a los que son diferentes, como explica la imagen.

Aunque se haya dicho muchas veces y así se reconozca en los borradores de los documentos citados, no está de más repetir lo importante que es atender y subsanar las dificultades de aprendizaje cuanto antes: detectarlas en infantil y tratarlas ahí y en los dos primeros cursos de primaria.

A partir del tercero sólo cuando están en manos de profesorado excepcional se pueden obtener resultados aceptables. En la mayoría de los casos se ponen parches para minimizar los daños (muchas veces más al grupo  que al propio alumno o alumna con dificultades).

Por eso no puedo entender que sólo se vayan a mantener los apoyos en aquellos centros en los que el profesorado sea joven. Todos menores de 55 años, porque cada uno mayor de esa edad significará dos horas menos (casi tres sesiones de 45 minutos, después de un cambio del que habría mucho que hablar) de atención a niños y niñas con dificultades de aprendizaje.

No puedo entender que se diga una cosa y la realidad vaya por caminos completamente diferentes. Que se reconozcan derechos sólo sobre el papel porque a la hora de la verdad falten los elementos básicos para hacerlos realidad.

No basta con decir que no se recorta porque no, no somos tontas. Ni tontos.

Dignidad

Una señora de cuarenta a tantos años me ha resumido esta mañana, de camino a su trabajo, su situación familiar:

  • Ella trabaja en una casa (servicio doméstico). Ocho horas al día, aunque cotiza por cuatro. Su jefe es sindicalista, de CCOO. Su horario depende del que tenga su jefa que es enfermera y trabaja en el hospital. Sueldo mensual: 340 euros.
  • Su marido lleva ocho años parado.
  • Una de sus hijas estuvo diez meses trabajando en el servicio doméstico y la despidieron con una indemnización de 80 euros. El jefe sindicalista de la madre le dijo que le correspondían 200, pero como ya había firmado… Ahora está estudiando un módulo. (CFGM)
  • La otra hija está yendo a clase de adultos para obtener el graduado. Tiene una niña de cinco años que es la alegría de la casa; en el colegio están encantados con ella. Trabaja en semana santa, ganando algo más de 200 euros que son un respiro. Lo que cobra por los puntos (la ayuda familiar) como ingreso extraordinario que es, se dedica el de verano para el material escolar y el de invierno para festejar su cumpleaños. No hay ayuda del padre de la criatura. Y no recibe ninguna ayuda social porque no ha cotizado tres meses.
  • Ahora están un poco mejor porque una semana que su marido trabajó pagaron el seguro del coche y desde entonces pueden ir a recogerla a su trabajo (ella no tiene carnet). Antes debía volver andando unos seis kilómetros, gran parte por carretera, sola, pasadas las diez de la noche, porque a esa hora ya no hay autobús.

Lo contaba con buen talante, sabiendo que la suya no es una situación extraordinaria, que muchas otras familias están en situación parecida y como ella la sobrellevan con dignidad. Nadie diría al verles las penurias que están pasando.

Es un caso entre muchos, pero contado en primera persona, impresiona. Sobre todo porque la protagonista, que está manteniendo una familia y no sólo económicamente, consigue pese a las dificultades disfrutar de lo poco que tiene y transmitir tranquilidad.

Que existan familias como ésta es una de las #MilRazones22M para las Marchas de la Dignidad que hoy confluyen en Madrid y los medios tradicionales están obviando

 


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Esto lo escribe Javier Santos:

Vengo henchido por la alegría 

saciado de dignidad 
orgulloso de haber dado la cara 
de gritar ante la injusticia 
y combatir a la indecencia. 
 
Crucé las tierras de España 
compartí la jornada de lucha 
alcé mi bandera al viento 
y miré de frente a la gente, 
la buena gente que no consiente. 
 
Jugarón con los lobos y miedos, 
pero las columnas no paramos, 
no nos pudo el desprecio 
y tampoco la sinrazón 
de gobierno sin corazón. 
 
Dignidad, dignidad, dignidad, 
con esta palabra en los labios 
lanzamos al limpio cielo de pueblo bravo 
y así Madrid tomamos.
Ole y ole»

Marcha atrás, no; hay alternativas

1. Hoy se hace público un interesante estudio, elaborado a partir de una encuesta solicitada en 2010 por la presidencia española del Consejo Europeo, que pone de manifiesto la violencia soportada por las mujeres europeas, que no somos precisamente las que estamos en peores condiciones.

Los datos son abrumadores:

  • El 30% (62 millones) han sufrido violencia física o sexual.
  • El 55 % (102 millones) han sido acosadas sexualmente.
  • El 43% (80 millones) han sufrido violencia psicológica.
  • El 5% (10 millones) han sido violadas y otras tantas han sido privadas de libertad, incluso dentro de sus propias casas.
  • Sólo el 34%  denuncia la agresión.

2. Ayer se presentó en Jerez un libro, Desiguales por ley, sobre el mismo tema pero contextualizado a la situación de las mujeres en España, con especial incidencia en los aspectos legales y su influencia en la vida diaria de mujeres y hombres. Lo escribe María Pazos, una de las mujeres que desde su ámbito profesional  (estudios fiscales, economía y estadística) promueve iniciativas de cambio dirigidas a avanzar hacia una igualdad real en la sociedad actual.

desiguales

En él la autora  pone al descubierto las vergüenzas de nuestras políticas públicas, sosteniendo que la legislación (incluyendo la Ley de Igualdad) incentiva el reparto del trabajo ligado al sexo (la familia tradicional), impide el reparto igualitario de las tareas de cuidado de las personas dependientes, y la permanencia de muchas mujeres en el trabajo a lo largo de su vida, con nefastas consecuencias para su vida actual y futura. Y presenta una alternativa derivada de su conocimiento de las realidades de otros países y del convencimiento de que no hay justicia social sin igualdad.

3. En un momento en el que nuestra sociedad da pasos agigantados en la pérdida de derechos que creíamos adquiridos para siempre, en los que hemos pasado de solicitar la encuesta con la que iniciaba esta entrada a retroceder tres décadas en los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, que alguien defienda con argumentos que hay caminos para conseguir la igualdad efectiva y que su logro será beneficioso para la sociedad en su conjunto, incluso en términos económicos, me parece una buena noticia.

 

 

Semana santa

Parece mentira que en siglo XXI sigamos organizando el tiempo en torno a las fases de la luna, como seguramente se hacía ya en la prehistoria. Pero sí, la primera luna llena de primavera coincide con la semana santa. Semana de pasión, la llama la Iglesia. Y este año, efectivamente, para ellos debe serlo, a poca vergüenza que tengan.

Por fin, está saliendo a la luz una de sus lacras: la pederastia. ¿Como puede alguno de sus obispos pretender rebajarla al calificarla de efebofilia, escudarse en el secreto de confesión para no tomar medidas, o decir que el que esté libre de culpa que tire la primera piedra? ¿No se dan cuenta de que predican moralidad, que juzgan a los demas con criterios severísimos (¡pobres de las mujeres que abortan!), que luego no aplican cuando de sus curas se trata? ¿Como han podido mantener en contacto con niños a personas de las que sabían positivamente que estaban abusando de ellos y seguir predicando a los demás amor al prójimo, castidad, decir la verdad, …? Se les olvido aquello de Lo que hicierais a uno de estos pequeñuelos a mí me lo hacéis. Son sepulcros blanqueados, que pretenden justificar en la debilidad humana los fallos institucionales. Es verdad que si hay padres que abusan de sus hijos (sobre todo de sus hijas), no debería extrañarnos tanto que lo haga un cura. Pero sus superiores no tienen disculpa alguna. Lo han conocido y consentido, lo han ocultado y permitido que mantuvieran sus puestos mientras no hubiera riesgo de escándalo. Y cuando lo había un traslado era castigo suficiente. ¿Por qué piensan que están por encima del bien y del mal, que no tienen que dar cuenta a la sociedad de sus delitos? ¿Será porque hace siglos que tienen la sartén por el mango, que deciden lo que se puede y lo que no se puede hacer, que orientan la moral pública? ¿Añoran el tiempo en el que lo que ellos consideraban pecado, el régimen lo convertía en delito?. Todavía hay quien recuerda (yo, por ejemplo) que trabajar los domingos y fiestas de guardar (entre otras muchas cosas) estaba multado y era el cura en la misa el que autorizaba el trabajo dominical durante la recolección. (Se permitía cosechar y no era obligatorio ir a misa).

No puedo entender que esto no suponga el comienzo de una revolución para la institución que es la Iglesia. Y no creo que pueda mantenerse si no se adapta al mundo actual. No tiene sentido mantener como intocables normas que ellos mismos han implantado. Pretenden que su religión fue elaborada por Cristo, pero el que ellos aceptan como fundador eligió como apóstoles a hombres casados y no habló para nada de celibato (una de las causas de la pederastia), perdonó a la mujer adúltera (los hombres adúlteros nunca han necesitado perdón), no parecía interesado en el control de la sexualidad (una de las mayores preocupaciones de sus seguidores) y trató a las mujeres como se las trataba en la sociedad en la que vivió.

Entiendo que hay muchas personas que no pueden aceptar que cuando la vida se acaba se acaba todo para el individuo, y la vida sigue. La necesidad de trascendencia que produce la conciencia de ser, y ser temporal, hace de la religión, para algunos, una necesidad que la Iglesia lleva explotanto veinte siglos. Pero al menos debería adaptarse a los tiempos: hijos, los que vengan, sólo para los quicos, el resto, digan lo que digan, seguirán usando métodos anticonceptivos efectivos; el celibato para quien lo quiera, que ya decía Pablo de Tarso que es mejor casarse que abrasarse; homosexuales o heterosexuales ¿qué más da si el sexo no tiene, como querían, como único fin la procreación? (¡qué desperdicio!); la igualdad de hombres y mujeres se va abriendo camino, oponerse a ella es ir contra corriente y quedarse pronto con la mitad de seguidores.

Precisamente porque la religión responde a una necesidad humana tiene probabiliadades de mantenerse. Pero si pretende ser un referente moral debe deshacerse del lastre que han supuesto tantas actuaciones desastrosas, hacer una catarsis profunda, reconocer sus errores y actuar en consecuencia. Y el Papa es parte del problema, no creo que pueda ser parte de la solución puesto que también él ocultó lo que sabía en Alemania.

Aunque, bien pensado, hasta ahora les ha ido estupendamente el método de haz lo que digo, no lo que hago. ¿Qué ha cambiado? Sólo que se han publicado cosas que eran conocidas de todos. Hace tiempo que nadie se llama a engaño

Escrito el 02/04, cuando no tenía conexión a internet