Jubilación

Hace dos días que lo celebramos: mi amiga Charo se ha jubilado y está en condiciones de disfrutarlo.

Esto de la jubilación tiene casi siempre un sabor agridulce, aunque el término derive, como dijo en la suya Carmen Fatou, llorando, de júbilo.

La parte agria de ésta en concreto es que Charo no tiene gana ni edad de jubilarse. Y su marcha de la escuela priva a su centro de aportaciones valiosas: una maestra vocacional, siempre dispuesta a arrimar el hombro y que tiene el don de sacar de los que le rodean lo mejor de cada uno. Algo que viene bien en cualquier grupo humano pero en los que trabajan en centros docentes de la zona sur de Jerez, con las dificultades que tienen, es como el rayito de sol que alegra un día nublado. Así lo manifestaban sus actuales compañeras (ellas fueron las que hablaron).

La parte dulce es que se sienta tan bien después de lo mal que lo ha pasado. Que pueda disfrutar de la vida, de su familia y de sus amigos con tanta intensidad como lo hace. Es de las que prefieren quemar la vela de la vida por los dos extremos y hasta por el medio, a dejarla en un cajón para alimento de los ratones.

Esta noche nos emocionamos con ella. Tanto, que a más de una le costó luego coger el sueño. Y en adelante disfrutaremos con ella compartiendo los logros que seamos capaces de alcanzar y las frustraciones que la vida nos depare. ¿Para qué si no están las amigas?

2 comentarios en “Jubilación

  1. Pues sí, ha sido una suerte poder celebrar con Charo su jubilación.
    Estoy contigo, Engracia: Charo es amiga, muy amiga.
    Esa noche también me desvelé. Estaba en plena efervescencia de recuerdos. En realidad la mayoría se centraron en lo que fueron, para mí, «años dorados en el Tomasa Pinilla». Nadie tiene por qué compartir esta idea conmigo y asumo que es algo completamente subjetivo, pero lo vivo así.
    Está claro, Charo nos une…

  2. Fue una noche mágica y natural a la vez. Mágica porque todos los duendes y todas las brujas o magas (siempre en positivo, los y las que hacen travesuras o cosas buenas) se concentraron y nos convocaron, no a las doce, sino a las 9 de la noche (21 h.) en un lugar conocido y precioso por todo lo que allí sucedió. Cada uno y cada una de los que allí estábamos habíamos compartido algo maravilloso, ser maestra o maestro, ser compañero o compañera alguna vez en dos coles a cual mejor en todos los sentidos, sin menospreciar al resto de coles del mundo mundial: Tomasa Pinilla, en Guadalcacín y Poeta Carlos Alvarez, en Jerez. También se nombró Pemán de Jerez y San Isidro, en la pedanía del mismo nombre.
    El motivo de la celebración ya lo han contado Engracia y Mateo. Yo, la que ahora comenta soy esa persona. Doy las gracias a cada uno y cada una de las personas que estaban allí y a otras muchas que no estaban porque no pudieron, o simplemente no se enteraron, y quizás alguna que no quisiera, porque no?. Si alguien no se enteró, fue culpa mía, le pedí a mis compis organizadoras que no fuese masivo, ¡me siento querida por tanta gente!, incluso les supliqué en dos ocasiones que no se hiciese, pero me pidieron que confiase en ellas, que me dejase mimar, que sería festivo y natural. Fue mucho más que todo eso, fue auténtico, agradable, con mucho cariño, con gusto, sencillo pero a la vez superlativo, con corazón, con alegría, … Me sentí arropada, afortunada, privilegiada, desbordada, supervalorada,… Por el cariño que me tienen, y que yo intento corresponder, se dijeron adjetivos que sólo el cariño y la amistad, los años compartidos y el trabajo en equipo, el objetivo único que nos ocupa que es la formación-educadora, que en definita son los niños y niñas… pueden hacer brotar.
    Hubo un equipo que se ocupó de los preparativos, de la coordinación, de que no faltase o sobrase detalle,… de que yo me sientiese como ellas saben que me gusta sentirme. Pero a la vez cada uno y cada una de los que estaban y no estaban allí puso esa gota necesaria para que el vaso, en este caso la noche, estuviese en su justa medida, lleno, sin rebosar. Sé lo que cuesta lograr ese equilibrio, sé la ilusión y las horas necesarias que se necesitan para conseguirlo. Pero también sé que cuentan con las ganas y la ilusión que ponen en todo lo que hacen, y aprovecho para agradecérselo también a parejas e hijos e hijas que «sufren» el poco tiempo que les quedan para ellos y ellas.
    También agradecer el esfuerzo de ir a los que no les gusta los eventos especiales y que vivieron y se emocionaron con lo que allí ocurrió. Y a los que queriendo estar colaboraron pero no estaban…
    Sólo voy a citar públicamente el nombre de los niños o no tan niños que estuvieron presentes sin siquiera estar: Erica que me mandó un dibujo con su madre, Pablo, que llevó el mandarino hasta el lugar;Helena que me dibujó una ratita con 4 años y a mi familia y amigos-as con 23; Víctor y Miguel José que con todo el cariño que pueden dar los hijos, lo multiplicaron por infinito y expresaron cosas maravillosas a su madre; y a cada uno de los niños y niñas que he tenido la oportunidad de acercarme y que me dejaron entrar en sus almas para enseñarme a ser MAESTRA: gracccccciasssssssssssss- Besitos, besitos, besitos,…
    Seguiremos viviendo, aprendiendo y enseñando, de cualquier otra manera.
    Charo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *