Ayer encontré, a través de twitter, este video en youtube:
Me hizo pensar en la cantidad de padres que colocan los entranamientos de futbol de su hijo con muy pocos años, por delante de cualquier otra ocupación. Esperando que se convierta en uno de esos poquísimos que llegan tan lejos como para sacar de pobre (es un decir) a toda la familia.
Como esperan tener dinero la formación no es necesaria y los estudios quedan a la cola de las prioridades familiares.
Naturalmente considero la práctica deportiva más que conveniente en todas las edades y el ejercicio físico imprescindible para mantener la salud. Pero salvo excepciones, que las hay, la cuasi profesionalización a tempranas edades no es saludable. Demasiadas veces no solo altera el orden de prioridades inadecuadamente, sino que va acompañada de prácticas peligrosas.
Sé que no todos los chicos que están en escuelas de fútbol (muchos desde los 5 años) tienen familias con estos planteamientos. Pero los que conozco me parecen demasiados.
Actualización: Claro que las prioridades por el fútbol no se dan solo en las familias: mirad la comparación entre los presupuestos de la liga española y de la agencia espacial rusa aquí. Y leyendo el artículo hasta el final la comparación es aún más llamativa