Vaya por delante que no estoy de acuerdo con todo lo que se ha hecho para poner en marcha la escuela 2.0, ni mucho menos. Se podía haber hecho mucho mejor con un gasto más racional (como sucedió con otras muchas cosas, desde la gratuidad de textos al cheque-bebé, pasando por el despilfarro y la corrupción de toda la época de vacas gordas).
Pero sí que estoy de acuerdo con la introducción de las TIC, con que el alumnado disponga de su portátil, con que cambiemos la metodología en las aulas, con que nuestra juventud reciba una educación propia del momento que le ha tocado vivir y no una copia de la que los adultos recibimos en otro momento, que nada tenía que ver con el actual.
Por eso, y porque no me parece serio que se liquide un proyecto sin haberlo evaluado de verdad (los informes a los que remiten son desconocidos) y, más todavía, sin que se hayan cumplido los plazos para implantarlo, quiero dejar claro mi apoyo a la escuela 2.0.
Hay estudios serios en curso: Manuel Area dirige uno de ellos del que habla en este documentado artículo que está siendo el punto de partida para la elaboración de un manifiesto que muchos y muchas docentes firmaremos.
Seguro que la situación económica tiene mucho que ver con la decisión, pero recortar en educación es recortar el futuro de cada persona y del país porque, como tanto hemos repetido, la educación no es un gasto, es una inversión.
Claro que no se necesitan razones cuando se dispone del rodillo que otorga la mayoría absoluta.
Una de las 2o frases poderosas para el profesorado recopiladas por un compañero peruano, José Alayo, viene muy a cuento: Si un niño no puede aprender de la manera que enseñamos, quizá debemos enseñarle de la manera que ellos aprenden.
Por eso, porque no es concebible que un adolescente de hoy haga aprendizajes relevantes para su vida sin contar con las TIC, yo seguiré dentro de la escuela 2.0, aunque oficialmente se elimine.
Pensaba modificar mi anterior entrada, para cambiar el video completo de la tarde por los parciales de cada mesa, y colocar al final un enlace a la wiki donde Juanma Díaz va enlazando los posts de los y las eaberos, la mayoría de los cuales he leído. Múltiples visiones de una misma realidad.
Pero el último, escrito por @sandopen, que no es profe dice:
Imagine a 200 empleados de alguna empresa, pongamos para concretar que sean del Banco de Santader o de Endesa, Telefonica, Mercadona, El Corte Inglés, elegid el que queráis. Ahora imaginad que estos empleados preparan, sin que sea necesario que lo conozca o lo apoye su empresa, un gran evento para reflexionar sobre cómo mejorar las telecomunicaciones, la banca o la venta al detalle. Imaginad también que eso lo hacen en sus ratos libres, que se pagan el viaje y el hotel, sacrifican un fin de semana de estar con sus familias porque tienen la pasión de mejorar el sector en el que trabajan y creen que debe hacerse desde abajo, desde el movimiento en la base. ¿Qué?¿que nos os creéis que lo harían? Pues yo lo he visto, pero el sector no era ninguno de los que he dicho sino la Educación, así con mayúsculas, así con pasión. Estos 200 profesores, y algunos padres se reunieron para hacer talleres y mesas redondas que hablaban de educación. Y era el cuarto año que lo hacían!!. Y para los que les gustan los lugares comunes, sí, la mayor parte de estos profesores son funcionarios, pero ¿a que no se parecen a ninguna parodia gruesa del funcionario?.
No soy la típica directora: necesito las clases para sentirme a gusto conmigo misma. De ellas obtengo la energía para el trabajo burocrático. Las disfruto.
Al pensar en mi ejercicio de la dirección, me vienen a la mente situaciones que dan una idea de lo que implica:
Algunas muy difíciles:
Tener que llamar la atención a un colega por falta de profesionalidad
Trabajar con personas a las que no les gusta y no les importa lo que hacen y por ello no lo valoran.
Pedir a padres/madres que tomen el control de su familia o plantearles que tememos que su hijo/a esté haciendo lo que no debe (drogas, juego…)
Intervenir o mediar en enfrentamientos familiares.
Sancionar, incluso cuando estás convencida de que es necesario.
Tener que enfrentarse a la Administración, sintiéndote como el jamon york del sandwich, sin interlocutores válidos en temas pedagógicos.
Otras gratificantes:
Felicitar a quien lo merece.
Poder decir en un Claustro o un Consejo Escolar, que los resultados académicos o la convivencia mejoran, que gran parte del exalumnado continúa estudiando…
Disfrutar cuando se alcanzan acuerdos que mejoran la convivencia sin pretender sacar del sistema al alumnado difícil.
Que alguien te diga que no está de acuerdo contigo y lo argumente: dialogar, debatir.
Sentir que el antiguo alumnado valora el tiempo que pasó en tu centro y las competencias que adquirió.
Saber que el buen profesorado que ha pasado por el centro lo recuerda con cariño.
Otras pesadas:
La burocracia que nos está absorbiendo y se lleva tal cantidad de tiempo y energía que da la impresión de que se nos quiere únicamente como gestores y no como dinamizadores o líderes pedagógicos.
Asistencia a reuniones nada efectivas, para que te expliquen algo que ya sabes, porque se ha publicado, o bastaría con que se enviara por email.
Aspectos sobre los que deberíamos debatir en este momento, porque nos jugamos el futuro de la escuela pública y los equipos directivos deberíamos abrir el fuego. (¿Álguien no se ha dado cuenta de que se pretende que nuestros centros queden para las familias que no puedan acceder a la privada?):
¿Sólo gestores o líderes pedagógicos? Alguien tiene que asumir la función
La autonomía de los centros
Prestigiar la escuela pública (lo que hacemos en el EABE). Para ello:
Profesionalidad: nada de balones fuera ¿o no somos expertos en docencia? Si no lo somos, a otra cosa.
Autoevaluación de la práctica docente, imprescindible si queremos mejorar. No es sólo un invento de la la AGAEVE
Adptación metodológica al alumnado actual. Con TIC y con TAC pero no son ellas el cambio. Lo importante es el cambio de foco, del profesorado al alumnado, a cada uno de nuestros alumnos y alumnas.
Asumir que aprender por competencias no es lo que estamos haciendo en mayoría de las aulas, y es lo que hay que hacer: cabezas bien organizadas, no bien llenas, personas con autonomía y capacidad para aprender y para tomar decisiones.
Dejar de hablar mal de ella (de nuestra escuela, que es nuestra responsabilidad)
Desde noviembre, un numeroso grupo de personas hemos estado preparando, con ilusión compartida, el encuentro que ya está a punto de llegar: el EABE12.
Toda la información se puede encontrar en el wiki. Dejo aquí únicamente alguno de los documentos gráficos elaborados por Antonio Sevilla, uno de los componentes del grupo, que es un fotógrafo de categoría, y ha documentado en fotos y videos cada una de las actividades previas al encuentro y documentará las jornadas del próximo fin de semana en Carmona.
Hemos entrado en una dinámica perversa. Han sido tantos los abusos, las chapuzas, los fraudes descarados, las malversaciones, los cohechos propios e impropios, las corrupciones y corruptelas de la clase política, que una gran parte de la ciudadanía ha perdido toda la confianza que un día depositó, ilusionada, en la democracia.
Por otra parte, como dice Javier Pérez Royo, no puede descartarse que España llegue al estado de excepción en el que ya se encuentran Grecia e Italia. Un estado de excepción que no solo afecta al ejercicio de determinados derechos por parte de los ciudadanos o al funcionamiento regular de los poderes públicos, sino que ha supuesto la suspensión de la vigencia del principio de legitimación democrática del Estado. Formalmente se mantienen en pie las instituciones propias de dicho principio de legitimación democrática, pero materialmente la dirección política del país no se expresa a través de ellas.
De momento somos conscientes de que gran parte de las decisiones importantes no son del gobierno, aunque el presidente presuma de que una de ellas le va a costar una huelga general.
Las crisis son etapas de maduración. Si se resuelven bien se sale de ellas fortalecido. Pero en ocasiones suponen casi un re-nacimiento.
Esta crisis, que no es sólo económica sino también social y democrática, requiere de grandes sacrificios (nos lo vienen repitiendo hasta la saciedad) pero no en exclusiva de las clases populares y medias.
Si pretendemos una regeneración democrática tenemos que volver a confiar en los políticos, porque son necesarios, pero para ello es preciso que se hagan merecedores de nuestra confianza, actuando como si la política fuera un servicio a la sociedad y no una forma de enriquecerse, o simplemente de vivir.
Y siento decir que no lo van a hacer si no se lo exigimos, si no les obligamos a hacer lo que hay que hacer.
El 15M, que despertó nuestras esperanzas, parece dormido. Los sindicatos son parte del problema. ¿Nos vamos a resignar? ¿Tan bien han funcionadolas estrategias de manipulación de las que habla Noam Chomsky que damos por acabado el estado de bienestar, por eliminados los derechos sociales, que vamos a volver a la situación de hace veinte o treinta años sin rechistar?
El texto que les ofrezco es una propuesta de enmienda a la Constitución que circula por la red. A mí me ha llegado en varias ocasiones. Debe ser que a muchos les ha parecido interesante ¿Por qué no la firmamos? Para presentarla en el Congreso y exigirles su parte a diputados y senadores. Es una forma de empezar.
Aquí esta el texto. ¿Quién se anima a firmarlo?
El diputado será asalariado solamente durante su mandato. Y no tendrá jubilación proveniente solamente del mandato.
El diputado contribuirá a la Seguridad Social. Todos los diputados (anteriores, actuales y futuros) que están actualmente en el fondo de jubilación del Congreso pasarán al régimen vigente de la Seguridad Social al día siguiente de la publicación de esta enmienda en el BOE.
El diputado participará de los beneficios del régimen de la S.Social exactamente como todos los demás ciudadanos. El fondo de jubilación no puede ser usado para ninguna otra finalidad.
Cada diputado habrá de pagar su plan de jubilación, como todos los españoles.
El diputado dejará de votar su propio aumento de salario. Los aumentos de salario estarán previstos en función de una serie de tablas como las que rigen para todos los ciudadanos.
El diputado dejará su seguro actual de salud y participará del mismo sistema de salud que los demás ciudadanos españoles.
El diputado debe igualmente cumplir las mismas leyes que el resto de los españoles. Su inmunidad cesará con el cese de su mandato y los hechos delictivos que haya podido cometer habrán de ser juzgados una vez cese su inmunidad parlamentaria sin que, a efectos de prescripción, cuente el tiempo que haya ejercido como diputado.
Servir en el Congreso es un honor, no una carrera. Los diputados deben cumplir sus mandatos (no más de 2 legislaturas), y después irse acasa y buscar empleo.
Como complemento, para ayudar a aclarar las ideas, la entrevista de Jordi Évole a José Luis Sampedro, una mente lúcida donde las haya, en el programa Salvados: