Todas las entradas de: engracia

La cinta blanca

Sordidez en estado puro: represión social en un mundo feudal, venganza, envidia, maltrato a hijos y mujeres, tortura, muerte (¿quizá por accidente?), incesto. La verdad no interesa, es demasiado dura.

El objeto que da título a la película es el símbolo de la represión en la familia.

El hilo conductor, el narrador, con su novia y la baronesa, son los claroscuros. Y un niño, la luz: es empático y parece raro en medio de tanta miseria moral.

Semana santa

Parece mentira que en siglo XXI sigamos organizando el tiempo en torno a las fases de la luna, como seguramente se hacía ya en la prehistoria. Pero sí, la primera luna llena de primavera coincide con la semana santa. Semana de pasión, la llama la Iglesia. Y este año, efectivamente, para ellos debe serlo, a poca vergüenza que tengan.

Por fin, está saliendo a la luz una de sus lacras: la pederastia. ¿Como puede alguno de sus obispos pretender rebajarla al calificarla de efebofilia, escudarse en el secreto de confesión para no tomar medidas, o decir que el que esté libre de culpa que tire la primera piedra? ¿No se dan cuenta de que predican moralidad, que juzgan a los demas con criterios severísimos (¡pobres de las mujeres que abortan!), que luego no aplican cuando de sus curas se trata? ¿Como han podido mantener en contacto con niños a personas de las que sabían positivamente que estaban abusando de ellos y seguir predicando a los demás amor al prójimo, castidad, decir la verdad, …? Se les olvido aquello de Lo que hicierais a uno de estos pequeñuelos a mí me lo hacéis. Son sepulcros blanqueados, que pretenden justificar en la debilidad humana los fallos institucionales. Es verdad que si hay padres que abusan de sus hijos (sobre todo de sus hijas), no debería extrañarnos tanto que lo haga un cura. Pero sus superiores no tienen disculpa alguna. Lo han conocido y consentido, lo han ocultado y permitido que mantuvieran sus puestos mientras no hubiera riesgo de escándalo. Y cuando lo había un traslado era castigo suficiente. ¿Por qué piensan que están por encima del bien y del mal, que no tienen que dar cuenta a la sociedad de sus delitos? ¿Será porque hace siglos que tienen la sartén por el mango, que deciden lo que se puede y lo que no se puede hacer, que orientan la moral pública? ¿Añoran el tiempo en el que lo que ellos consideraban pecado, el régimen lo convertía en delito?. Todavía hay quien recuerda (yo, por ejemplo) que trabajar los domingos y fiestas de guardar (entre otras muchas cosas) estaba multado y era el cura en la misa el que autorizaba el trabajo dominical durante la recolección. (Se permitía cosechar y no era obligatorio ir a misa).

No puedo entender que esto no suponga el comienzo de una revolución para la institución que es la Iglesia. Y no creo que pueda mantenerse si no se adapta al mundo actual. No tiene sentido mantener como intocables normas que ellos mismos han implantado. Pretenden que su religión fue elaborada por Cristo, pero el que ellos aceptan como fundador eligió como apóstoles a hombres casados y no habló para nada de celibato (una de las causas de la pederastia), perdonó a la mujer adúltera (los hombres adúlteros nunca han necesitado perdón), no parecía interesado en el control de la sexualidad (una de las mayores preocupaciones de sus seguidores) y trató a las mujeres como se las trataba en la sociedad en la que vivió.

Entiendo que hay muchas personas que no pueden aceptar que cuando la vida se acaba se acaba todo para el individuo, y la vida sigue. La necesidad de trascendencia que produce la conciencia de ser, y ser temporal, hace de la religión, para algunos, una necesidad que la Iglesia lleva explotanto veinte siglos. Pero al menos debería adaptarse a los tiempos: hijos, los que vengan, sólo para los quicos, el resto, digan lo que digan, seguirán usando métodos anticonceptivos efectivos; el celibato para quien lo quiera, que ya decía Pablo de Tarso que es mejor casarse que abrasarse; homosexuales o heterosexuales ¿qué más da si el sexo no tiene, como querían, como único fin la procreación? (¡qué desperdicio!); la igualdad de hombres y mujeres se va abriendo camino, oponerse a ella es ir contra corriente y quedarse pronto con la mitad de seguidores.

Precisamente porque la religión responde a una necesidad humana tiene probabiliadades de mantenerse. Pero si pretende ser un referente moral debe deshacerse del lastre que han supuesto tantas actuaciones desastrosas, hacer una catarsis profunda, reconocer sus errores y actuar en consecuencia. Y el Papa es parte del problema, no creo que pueda ser parte de la solución puesto que también él ocultó lo que sabía en Alemania.

Aunque, bien pensado, hasta ahora les ha ido estupendamente el método de haz lo que digo, no lo que hago. ¿Qué ha cambiado? Sólo que se han publicado cosas que eran conocidas de todos. Hace tiempo que nadie se llama a engaño

Escrito el 02/04, cuando no tenía conexión a internet

Estamos en primavera

Esta tarde me he vuelto a casa para coger la cámara. Hace días que quería hacer esta foto:

Una higuera en el tronco de la palmera

En el tronco de una palmera está creciendo una higuera.

Una consecuencia, seguramente, del exceso de humedad de este invierno.
La lluvia ha formado lagunas que se han cubierto de flores. Seguramente pronto se habrán secado pero la semana pasada estaba así:

Hasta en los tejados  los jaramagos han florecido.

Jaramagos en el tejado

Los canalones han acumulado verdura.

Hierba en el canalón

Los naranjos están cubiertos de azahar aunque sólo hace unos días que los sacudieron para quitarles las naranjas.

Naranjo cubierto de azahar

La lluvia ha formado lagunas que se han cubierto de flores. Seguramente pronto se habrán secado pero la semana pasada estaba así:
Más fotos en Primavera

En defensa de los derechos de los ciudadanos en internet

Ante la inclusión en el Proyecto de Ley de Economía sostenible de modificaciones legislativas que afectan al libre ejercicio de las libertades de expresión, información y el derecho de acceso a la cultura a través de Internet, los periodistas, bloggers, usuarios, profesionales y creadores de Internet manifestamos nuestra firme oposición al proyecto, y declaramos que:

  1. Los derechos de autor no pueden situarse por encima de los derechos fundamentales de los ciudadanos, como el derecho a la privacidad, a la seguridad, a la presunción de inocencia, a la tutela judicial efectiva y a la libertad de expresión.
  2. La suspensión de derechos fundamentales es y debe seguir siendo competencia exclusiva del poder judicial. Ni un cierre sin sentencia. Este anteproyecto, en contra de lo establecido en el artículo 20.5 de la Constitución, pone en manos de un órgano no judicial -un organismo dependiente del ministerio de Cultura-, la potestad de impedir a los ciudadanos españoles el acceso a cualquier página web.
  3. La nueva legislación creará inseguridad jurídica en todo el sector tecnológico español, perjudicando uno de los pocos campos de desarrollo y futuro de nuestra economía, entorpeciendo la creación de empresas, introduciendo trabas a la libre competencia y ralentizando su proyección internacional.
  4. La nueva legislación propuesta amenaza a los nuevos creadores y entorpece la creación cultural. Con Internet y los sucesivos avances tecnológicos se ha democratizado extraordinariamente la creación y emisión de contenidos de todo tipo, que ya no provienen prevalentemente de las industrias culturales tradicionales, sino de multitud de fuentes diferentes.
  5. Los autores, como todos los trabajadores, tienen derecho a vivir de su trabajo con nuevas ideas creativas, modelos de negocio y actividades asociadas a sus creaciones. Intentar sostener con cambios legislativos a una industria obsoleta que no sabe adaptarse a este nuevo entorno no es ni justo ni realista. Si su modelo de negocio se basaba en el control de las copias de las obras y en Internet no es posible sin vulnerar derechos fundamentales, deberían buscar otro modelo.
  6. Consideramos que las industrias culturales necesitan para sobrevivir alternativas modernas, eficaces, creíbles y asequibles y que se adecuen a los nuevos usos sociales, en lugar de limitaciones tan desproporcionadas como ineficaces para el fin que dicen perseguir.
  7. Internet debe funcionar de forma libre y sin interferencias políticas auspiciadas por sectores que pretenden perpetuar obsoletos modelos de negocio e imposibilitar que el saber humano siga siendo libre.
  8. Exigimos que el Gobierno garantice por ley la neutralidad de la Red en España, ante cualquier presión que pueda producirse, como marco para el desarrollo de una economía sostenible y realista de cara al futuro.
  9. Proponemos una verdadera reforma del derecho de propiedad intelectual orientada a su fin: devolver a la sociedad el conocimiento, promover el dominio público y limitar los abusos de las entidades gestoras.
  10. En democracia las leyes y sus modificaciones deben aprobarse tras el oportuno debate público y habiendo consultado previamente a todas las partes implicadas. No es de recibo que se realicen cambios legislativos que afectan a derechos fundamentales en una ley no orgánica y que versa sobre otra materia.

Al hilo de la conversación

He asistido a la presentación de un libro un poco particular. Lo escribe una mujer que reconoce haber escondido su origen andaluz y campesino para ser aceptada en la sociedad urbanita barcelonesa y escribe lo que le cuentan unas mujeres andaluzas y campesinas, que han sido capaces de superar las dificultades que les planteó la vida en un poblado de colonización como tantos otros, disfrutando, en medio de las penalidades, de pequeñas alegrías, que también les tocaron. Han tenido la valentía de contar su historia, que no su vida (hay cosas que no se cuentan, decía una de ellas) y con ello seguramente molestar a otros.

Estas mujeres, que han llevado el peso de la familia (muy numerosa generalmente), han trabajado en el campo y apenas han tenido posibilidad de elegir: era lo que había, me han recordado a mi madre.

Muchas veces recuerdo el tiempo de recolección, en verano, siendo yo pequeña. ¿Quién se levantaba la primera para dejar aviada la comida para los que nos quedábamos en casa (tres o cuatro niños/as y la abuela sentada en su silla porque apenas podía andar apoyada en su cayado)? ¿Quién preparaba el café (achicoria, claro) para el desayuno, y la fiambrera para llevar? Y antes de amanecer, de  camino, para estar a la salida del sol segando el trigo, o cogiendo lentejas, o garbanzos, a la par que su marido. Pero lo mejor era después, al volver a casa: ¿Será que no traían el mismo cansancio? Porque mientras mi padre daba de comer y beber a las vacas (la yunta) y al borrico y se derrumbaba en la silla, ella preparaba la cena, lavaba la ropa y atendía en lo que hiciera falta a sus hijos pequeños y su madre.

Y si se nos ocurría, críos al fin, acercarnos a él nos decía:

– Anda, deja a tu padre, que está cansado.

Y todo el mundo lo veía normal.

Estas son las mujeres que han sostenido el mundo y han permitido a los hombres destacar. Menos mal que, aunque lentamente, las cosas han cambiado. Y más que tienen que cambiar: aún quedan muchas injusticias y muchos abusos ocultos en las relaciones de pareja, especialmente entre los más jóvenes. Y sé de lo que hablo.