Los detalles pueden alegrar la vida.
El sábado, mi sobrina Andrea hizo su primera comunión. Recibió un regalo por partida doble: dos cámaras fotográficas. Cuando se le dio la posibilidad de cambiar una de ellas por otra cosa, renunció a ello para que su hermana Marta también tuviera una.
He utilizado la palabra de forma intencionada y precisa, porque para ella fue una renuncia en sentido estricto: le costó. Pero fue generosa de forma voluntaria, sin sugerencias de nadie, porque entiende que con la comunión ha hecho un compromiso y lo quiere cumplir. Merece las felicitaciones que recibió por ello.
Aceptar responsabilidades es un aprendizaje necesario y difícil. Aunque en otras ocasiones haya que recordarselo, ha empezado bien.
Muchas gracias por venir a mi comunión, y por agregarlo
a la pagina web.
No hay de qué, preciosa.
😀 espero verte pronto
🙂