Salmo

En una boda católica se leyó la semana pasada, como salmo responsorial, el siguiente poema de Gibran:

 

Amaos con devoción, pero no hagáis del amor una atadura.


Llenaos uno al otro vuestras copas, pero no bebáis de una misma copa.


Compartid vuestro pan, pero no comáis del mismo trozo.

Cantad y bailad juntos, y estad alegres, pero que cada uno de vosotros sea independiente.


Las cuerdas de un laúd están separadas aunque vibren con la misma música.

Dad vuestro corazón, pero no para que vuestro compañero se adueñe de él.


Y permaneced juntos, pero no demasiado juntos.
Porque los pilares sostienen el templo, pero están separados.
Y ni el roble crece bajo la sombra del ciprés ni el ciprés bajo la del roble.

No coincide con las enseñanzas de san Pablo que se suelen leer, por eso me llamó la atención y lo recojo.

Siempre habrá católicos, en la base, que se salgan del redil.


 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *