El sábado pasado, como tantas otras veces, quería estar en dos sitios. Como no es posible, renuncié a estar en uno de ellos y me perdí el #openseta, uno de los encuentros previos al EABE 15.
Ya el programa prometía: micología y realidad aumentada, ademas de las mesas redondas para buscar los pilares del EABE proximo.
Pero lo que cuentan las amigas, amigos y compañeros que allí estuvieron hace que lamente no haber estado allí.
A cambio estuve, con otros amigos, menos digitales, haciendo senderismo por Parauta, un precioso pueblo de la Serranía de Ronda. Me alegro de haber estado allí. Fue un buen día de campo y amistad.
Convocada y guiada por Esperanza de los Ríos, profesora de Bellas artes de la Universidad de Sevilla y grandísima conocedora del patrimonio histórico-artístico jerezano, se realizó una nueva ruta por el casco antiguo de Jerez con el fin de dar a conocer las barbaries cometidas por acción o por omisión en el patrimonio de la ciudad.
Aquí quedan algunas muestras de lo visto:
La ruta comienza en la Plaza Rafael Rivero: Esperanza de la Ríos comienza a desgranar el rosario de despropósitos y el abandono en el que se halla sumido el patrimonio histórico-artístico jerezano
En esta callejuela se conserva el empedrado antiguo de las calles. Una reliquia
Vista general de la calle.
Una casa del S. XVII bien conservada
Tantas calles del centro histórico dedicadas hermandades, cofradías, costaleros, pasos… olvidando que sus antiguos nombres son una parte de la historia de la ciudad y hacen referencia al modo de vida de otros tiempos
Sin comentarios
Portada trasera de S. Marcos, en completo estado de abandono
Detalle de la fachada delantera de S. Marcos, invadida por la hierba
Vista general de la fachada de S. Marcos y su abandono
Aquí estuvo el palacio del Marqués de los Álamos del Guadalete, parte del cual muchos de los asistentes recuerdan haber visto desmontar piedra a piedra (¿dónde estará ahora?). Sustituido por pisos.
Este bloque de pisos ocupa el espacio de antiguo Colegio de la Compañía de Jesús, edificio que merecía haber sido conservado
Sigue la ruta dejando atrás la buganvilla que ha invadido la calle.
Es diferente si miras lo cercano y lo lejano
Camino de la calle Canto, para cuyos números 22 y 24 hay un interesante proyecto de rehabilitación.
Preciosa ventana esquinera del palacio de los Ponce de León
Palacio de los Ponce de León, en la actualidad Comedor social de El Salvador
Ventana gótica en el edificio del 22 de la calle Canto, vista desde el Cine Astoria
El grupo escucha, ya casi de noche, en el cine Astoria
Ventana jerezana, destaca Esperanza, de un edificio abandonado. Dentro, basura
Fachada del Palacio de Montegil, abandonado
Edificio abandonado
Tras la valla, el solar en el que se iba a construir la ciudad del flamenco
La Delegación de Educación de la Junta de Andalucía (disculpen que no use la denominación actual completa, es demasiado larga) invitó el pasado martes a todas y todos los docentes jubilados el año anterior a un acto de homenaje colectivo, con entrega de un diploma de reconocimiento y la insignia de plata de la Junta. Por lo visto se viene realizando desde hace quince años, supongo que en el resto de las provincias también.
Las dos personas que intervinieron en representación del profesorado recordaron, al hilo de su trayectoria profesional, la evolución y las vicisitudes de la educación en los últimos sesenta años. Desde aquellas pizarras con marco de madera en las que aprendimos a escribir, (antecesoras de las actuales tablets, decía el compañero) hasta los recortes actuales que agobian a los centros.
Y, abierto el baúl de los recuerdos, seguimos después evocando otras realidades:lo que no se estudiaba (la historia del siglo XX), lo que se estudiaba en demasía (la religión), lo que no existía (coeducación), los libros de lectura, tan edificantes, y el texto de los problemas de matemáticas.
De éstos últimos, en muchas ocasiones tan absurdos como los que aparecen en El Florido Pensil, algunos eran representativos de la realidad social y económica. Así, los problemas de mezclas que aparecían en nuestros manuales, se referían sobre todo a mezclas de agua y vino o leche y agua, que, aunque hoy pueda parecer increíble era algo que sucedía con frecuencia entonces.
No se les olvidó, y yo tampoco quiero olvidarlo, reclamar recursos y personal, y especialmente una ley consensuada que no cambie cada vez que lo haga el color del gobierno.
Hoy, 18 noviembre, cumple 65 años y se jubila una compañera. Digo bien: compañera, porque en compañía, una junto a otra, hemos trabajado por la educación de muchos grupos de niños y niñas, antes, de chicas y chicos, después. Diferencio compañera, con la que se trabaja en compañía, de colega: persona de la misma profesión, nada más.
Hemos compartido inquietudes, intereses, experiencias y, sobre todo, el trabajo diario para conseguir que nuestro alumnado alcanzara las mayores cotas de formación y madurez personal, no sólo académica.
Tutora excelente, siempre ha conocido la situación familiar y personal de cada uno y cada una de sus tutorizados y actuado en consecuencia con ellos, con su familia y con el equipo educativo, que no siempre quiere tener en cuenta otros aspectos que no sean aprendizaje y comportamiento en clase.
Comprometida, implicada, buena profesional, cristiana convencida, de las que dan testimonio con su ejemplo más que con sus palabras, pero sin rehuir dar su opinión desde su opción religiosa. Siempre desde el respeto a las opiniones y criterios que pudiéramos tener los demás.
Cuando ha pasado épocas difíciles, que las ha tenido, como casi todos, ha sabido estar a la altura de la situación y dejar el trabajo, que le podía resultar terapéutico al sacarla de su ensimismamiento (quien no ama su trabajo no podrá entender esto), por temor a perjudicar a su alumnado al no poder rendir al cien por cien.
Muchos días ha llegado al centro comentando con alegría que había encontrado a Fulanito o Menganita, que fueron alumnos hace diez, quince años, trabajando en tal o cual sitio y le habían contado cómo les iba en la vida, lo que da muestra de las buenas relaciones establecidas. Seguirá encontrándoles, porque el mundo es pequeño, y seguirá interesándose por su vida y alegrándose de sus éxitos y sintiendo pena por sus fracasos.
Lo expresa perfectamente Gabriel Celaya en el poema que publiqué en una entrada anterior y que le dedico.
Estoy segura de que en medio de sus actividades familiares con hijos y nietos encontrará tiempo para alguna labor social.
Seguiremos compartiendo intereses, experiencias, inquietudes, que no serán las derivadas del trabajo diario, pero serán.
Y doy gracias a la vida, que me ha dado tanto. Entre otras muchas cosas, la posibilidad de trabajar con Mame
El pasado viernes un grupo de amigas y amigos organizaron una reunión muy especial. Maestros y maestras que pasamos por el colegio Guadalcacín, hoy Tomasa Pinilla, desde 1974 en que yo llegué hasta el día de hoy, y algunas otras personas relacionadas.
En este claustro de recuerdos salieron a la luz hechos, anecdotas, metáforas, personas, emociones mil. Regalos y más regalos para celebrar, por sorpresa, mi reciente jubilación.
Gracias, amigos y amigas. El regalo sois vosotros. Los que estuvisteis y los y las que no pudieron asistir.
El pasado diecisiete de mayo, además del día contra la homofobia, coincidieron otros eventos.
En el Consejo de Ministros se aprobó la Ley Wert que tantos rechazos está acumulando, y que de aplicarse supondrá un retroceso en el tiempo, volver a épocas que creíamos superadas; y que algunos siguen añorando, también hay que decirlo. El trámite parlamentario, con mayoría absoluta, puede ser un paseo. Aunque cabe la posibilidad de que se ofrezcan alternativas mínimas, centradas en lo menos trascendental para desviar la atención, como decía hace unos días @jochimet
En Jerez impartió una conferencia sobre historia de la educación en este municipio Manuel Santander, al que se le otorgó la Medalla de Oro de Andalucía al Mérito en Educación en 2010, entre otras razones por su trabajo en la recuperación de la memoria histórica en el campo de la educación. ¡Qué bien nos vino a los asistentes recordar, con imágenes incluidas, la situación de la que partimos! ¡Aquellos centros, aquellas aulas, aquellos materiales, aquellas carreteras, aquellas normas, aquellas leyes! ¡Aquella realidad! Y también aquellos años de proyectos compartidos, de formación del profesorado, de ilusiones educativas dinamizadas por un equipo de inspectores (eran todos hombres, lo normal entonces) que amaban la educación y encontraron caldo de cultivo favorable en el magisterio de la época, dispuesto a dedicar horas, ilusión y esfuerzos a su tarea diaria . Hablamos de Francisco F. Pozar, de Paco Poveda, de Diego Bejarano, del propio Manuel Santander.
Cuando se destaca lo mal que está la educación, se nos olvida generalmente que tratar igual a los que son distintos puede ser una injusticia, que la necesidad de compensar es una realidad.
Enmarcar la Ley Wert en el contexto del recorrido desde 1936, dio una idea de los vaivenes y las incoherencias de una evolución a ventregones, que de ninguna manera ha sido lineal.