Soy usuaria de WordPress, aquí y en mis blog de aula. Y organizaba el evento, entre otros, mi hijo. Por todo ello no tuve dudas en inscribirme.
El sábado por la mañana, una de las personas de la organización me pregunta:
– ¿Has visto lo que dicen en la página central de WordCamp?
No, no había visto. Lo he visto después. Decía esto
WordCamp Central2, (a la izquierda, en WordCamp Sevilla)
Naturalmente, Rafael’s mom soy yo. Y sí, les conté en cinco minutos lo que hago en clase con WordPress. Y les mostré algunos ejemplos de lo que hacen otros para sus centros.
Un fin de semana interesante. Una pena que yo no estuviera en las mejores condiciones físicas.
En estos días, entre el final del verano y el principio del otoño, en Valdelagrana, las gaviotas bajan a la playa sin importarles la presencia de bañistas y paseantes.
Aquí hay algunos ejemplos:
Magnífico espectáculo desde todos los puntos de vista.
Las actuaciones circenses, enmarcadas en una historia que combina poesía, imaginación, teatro, sorpresa, tecnología, precisión, dificultad, belleza en suma, consiguen rápidamente meter a los espectadores (ni una localidad vacía) en la deslumbrante actuación que se desarrolla en el escenario circular.
El payaso que ve el cortejo (corteo, en italiano, el título del espectáculo) que organizan sus amigos tras su muerte, que recuerda su vida, sus relaciones, que consigue sus alas de angel, las usa para ayudar a los mortales, y finalmente se despide de ellos yendose en bicicleta sobre un rayo de luz, es la síntesis de la trama en la que se engarzan los números de circo tradicionales y los novedosos, todos ellos realizados con un nivel de perfección extraordinario.
Nota:Las fotos están tomadas de la página de la compañía.
Las noticias sobre recortes nos asedian, y aunque pensáramos que educación debería estar a la cola de los recortes, ya que en teoría parece que estamos de acuerdo en que el futuro del país depende de la formación de los individuos que lo conforman (eso es lo que dicen los políticos de cualquier ideología), muchos tenemos la impresión de que han empezado, precisamente, por la educación.
A estas horas ya no es noticia, pero sigue siendo merecedora del análisis que desde distintos ámbitos se le ha hecho, la carta en la que la presidenta de la comunidad de Madrid intenta convencer al profesorado de que lo que le pide es poca cosa. Aquí la enlazo comentada por @Nando_J y aquí corregida por manos anónimas.
Lo grave es que mientras se recorta en la enseñanza pública se inyectan subvenciones equivalentes en la privada. Lo explica con todo lujo de detalles Ignacio Escolar.
¿Y se pueden creer que la comunidad de Madrid presupuesta más para enseñanza de la religión en las aulas que para bilingüismo?
Da la impresión de que se pretende desprestigiar la enseñanza publica, empezando por minusvalorar al profesorado que tan poco trabaja, para dejarla como reducto para aquel alumnado que no tenga otra opción. Muy liberal la actuación.
No toda la ciudadanía está de acuerdo con el planteamiento de la señora Aguirre, como demuestra el artículo de Elvira Lindo, hoy en El País. Y las asociaciones de padres y madres que se están mobilizando al mismo tiempo que los docentes. Pero hay personas que hoy piensan peor de nosotros como colectivo.
Y para terminar esta dolorosa constatación de lo que nos espera, porque esto acaba de empezar, quiero enlazar un artículo escrito en mayo por Antonio Muñoz Molina, que tiene hoy la misma vigencia que entonces, que puede servirnos para reconocer nuestros errores como país y como personas individuales y decidirnos a ser ciudadanos y adultos, no adolescentes perpetuos, entre el letargo y la queja.
Todas las innovaciones han producido temores y escándalos. Incluso aquellas que han facilitado la vida han suscitado miedos.
Las relacionadas con la cultura, también. Hasta es posible que más que otras, al no estar directamente relacionadas con la supervivencia.
La imprenta, que hoy nadie duda lo que significó al poner la cultura de cierto nivel al alcance de muchas más personas, hizo innecesario aprender de memoria aquello que se transmitía por tradición oral. Y al fijar una versión de, por ejemplo, las obras teatrales, impidió su adaptación al contexto como al parecer era la tónica dominante con anterioridad. (Al menos eso dicen, valorándolo negativamente, los que hablan del paréntesis Gutenberg)
Antes de la generalización de los teléfonos móviles todos guardábamos en la memoria un buen puñado de números que usábamos con cierta frecuencia. Hoy hacemos la consulta no a nuestra memoria, a la del aparato. ¿Hemos perdido capacidad de memorizar, o la dedicamos a otros menesteres?
Cuando no disponíamos de calculadora hacíamos operaciones larguísimas, dedicando a ellas un tiempo que hoy no estaríamos dispuestos a invertir en ello. Me molesta que cuando voy a comprar tres pasteles tengan que sumar con la calculadora, si sucede, pero no quiero que mi alumnado dedique el tiempo de clase a hacer raíces cuadradas, por ejemplo.
Hoy, el uso de internet está haciendo innecesario guardar en nuestra memoria una ingente cantidad de datos. El tiempo del enciclopedismo pasó hace rato, nadie puede saber todo de casi nada. El concepto de persona culta está cambiando, lo queramos o no. Los jóvenes de hoy, aunque a algunos les cueste reconocerlo, manejan mucha más información que los de hace sólo veinte años. Es otra información, claro: la que para esta generación es relevante.
Hay muchas discusiones al respecto, todos y todas opinamos desde nuestro particular enfoque. Y no siempre lo hacemos analizando todas las variables, porque nuestros apriorismos influyen demasiado en nuestro pensamiento.
Hoy Vargas Llosa publica un artículo en el que, reconociendo que carece de los conocimientos neurológicos y de informática para juzgar hasta qué punto son confiables las pruebas y experimentos científicos que describe Nicholas Carr en el libro del que parte para dar su opinión, deja ésta clara: cuanto más inteligente sea nuestro ordenador más tontos seremos nosotros. El título ya es elocuente: Más información, menos conocimiento.
El debate sobre si el cambio en el uso que hacemos de nuestras capacidades influye en la estructura interna de nuestro cerebro, en nuestras conexiones neuronales, será resuelto, posiblemente sin tardar mucho, por las investigaciones que ya están en curso. Pero sean cuales sean los resultados, la realidad ya está modificada y no tiene que ser para mal, como muchos presuponen. Lo decía hace unos días, en un documentado artículo, Perogrullo: Internet modifica la memoria: para bien.
En la enseñanza, cuando se repite tanto lo que hemos bajado el nivel, porque se exigen menos datos, olvidamos que se piden, cuando lo hacemos bien, más relaciones entre ellos, más causas y consecuencias es vez de listas de nombres y fechas, es decir más elaboración de contenidos, más nivel en definitiva.
Y va siendo hora de que saquemos consecuencias de la nueva realidad que se ha impuesto en la sociedad. Aunque sea por supervivencia, porque si no lo hacemos, nos arrollará: tiene potencia suficiente para ello.