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EABE12

Desde noviembre, un numeroso grupo de personas hemos estado preparando, con ilusión compartida, el encuentro que ya está a punto de llegar: el EABE12.

Toda la información se puede encontrar en el  wiki. Dejo aquí únicamente alguno de  los documentos gráficos elaborados por Antonio Sevilla, uno de los componentes del grupo, que es un fotógrafo de categoría, y ha documentado en fotos y videos cada una de las actividades previas al encuentro y documentará las jornadas del próximo fin de semana en Carmona.

Untitled from antosevi on Vimeo.

Me gusta la foto del grupo cuadruplicado:

 

WordCamp Sevilla

Soy usuaria de WordPress, aquí y en mis blog de aula. Y organizaba el evento, entre otros, mi hijo. Por todo ello no tuve dudas en inscribirme.

El sábado por la mañana, una de las personas de la organización me pregunta:

– ¿Has visto lo que dicen en la página central de WordCamp?

No, no había visto. Lo he visto después. Decía esto

WordCamp Central2, (a la izquierda, en WordCamp Sevilla)

Naturalmente, Rafael’s mom soy yo. Y sí, les conté en cinco minutos lo que hago en clase con WordPress. Y les mostré algunos ejemplos de lo que hacen otros para sus centros.

Un fin de semana interesante. Una pena que yo no estuviera en las mejores condiciones físicas.

 

 

Consecuencias de usar internet

Todas las innovaciones han producido temores y escándalos. Incluso aquellas que han facilitado la vida han suscitado miedos.

Las relacionadas con la cultura, también. Hasta es posible que más que otras, al no estar directamente relacionadas con la supervivencia.

La imprenta, que hoy nadie duda lo que significó al poner la cultura de cierto nivel al alcance de muchas más personas, hizo innecesario aprender de memoria aquello que se transmitía por tradición oral. Y al fijar una versión de, por ejemplo, las obras teatrales, impidió su adaptación al contexto como al parecer era la tónica dominante con anterioridad. (Al menos eso dicen, valorándolo negativamente, los que hablan del paréntesis Gutenberg)

Antes de la generalización de los teléfonos móviles todos guardábamos en la memoria un buen puñado de números que usábamos con cierta frecuencia. Hoy hacemos la consulta no a nuestra memoria, a la del aparato. ¿Hemos perdido capacidad de memorizar, o la dedicamos a otros menesteres?

Cuando no disponíamos de calculadora hacíamos operaciones larguísimas, dedicando a ellas un tiempo que hoy no estaríamos dispuestos a invertir en ello. Me molesta que cuando voy a comprar tres pasteles tengan que sumar con la calculadora, si sucede, pero no quiero que mi alumnado dedique el tiempo de clase a hacer raíces cuadradas, por ejemplo.

Hoy, el uso de internet está haciendo innecesario guardar en nuestra memoria una ingente cantidad de datos. El tiempo del enciclopedismo pasó hace rato, nadie puede saber todo de casi nada. El concepto de persona culta está cambiando, lo queramos o no. Los jóvenes de hoy, aunque a algunos les cueste reconocerlo, manejan mucha más información que los  de hace sólo veinte años. Es otra información, claro: la que para esta generación es relevante.

Hay muchas discusiones al respecto, todos y todas opinamos desde nuestro particular enfoque. Y no siempre lo hacemos analizando todas las variables, porque nuestros apriorismos influyen demasiado en nuestro pensamiento.

Hoy Vargas Llosa publica un artículo en el que, reconociendo que carece de los conocimientos neurológicos y de informática para juzgar hasta qué punto son confiables las pruebas y experimentos científicos que describe Nicholas Carr  en el libro del que parte para dar su opinión, deja ésta clara: cuanto más inteligente sea nuestro ordenador más tontos seremos nosotros. El título ya es elocuente: Más información, menos conocimiento.

El debate sobre si el cambio en el uso que hacemos de nuestras capacidades influye en la estructura interna de nuestro cerebro, en nuestras conexiones neuronales, será resuelto, posiblemente sin tardar mucho, por las investigaciones  que ya están en curso. Pero sean cuales sean los resultados, la realidad ya está modificada y no tiene que ser para mal, como muchos presuponen. Lo decía hace unos días, en un documentado artículo, Perogrullo: Internet modifica la memoria: para bien.

En la enseñanza, cuando se repite tanto lo que hemos bajado el nivel, porque se exigen menos datos, olvidamos que se piden, cuando lo hacemos bien, más relaciones entre ellos, más causas y consecuencias es vez de listas de nombres y fechas, es decir más elaboración de contenidos, más nivel en definitiva.

Y va siendo hora de que saquemos consecuencias de la nueva realidad que se ha impuesto en la sociedad. Aunque sea por supervivencia, porque si no lo hacemos, nos arrollará: tiene potencia suficiente para ello.

Otro artículo sabre el tema

 

 

Quién fracasa en la escuela

En estos días en los que la CEOE ha puesto sobre la mesa, desconozco a partir de qué documentados estudios, su convinción de que el éxito escolar depende de los genes más que del contexto socioeconómico, me gustaría hacer algunas consideraciones.

clase perdedora de Luis F. Sanz (El País)

Si ello fuera así, ¿cómo se explicaría que, como bien se dice en este reportaje, los hijos de familias con rentas bajas  y menor nivel cultural tengan 20 veces más riesgo de fracaso escolar? ¿Tal es la proporción de poco dotados intelectualmente entre los pobres?¿No será que nuestra escuela no ha sido capaz de salvar las diferencias sociales de partida? ¿Tendrá algo que ver que pretendemos tratar igual a los que son diferentes? ¿Por qué esperamos que respondan igual chicos y chicas que viven rodeados de cultura académica y aquellos que ven su primer libro en la escuela?

Los análisis del Informe PISA que analizamos en su momento no corroboran la afirmación de la CEOE. Y mi experiencia docente tampoco. De hecho tiene mejor pronostico el alumnado con interés y  hábitos de estudio que el que carece de ellos y tiene buenas capacidades intelectuales.

Recuerdo el caso de una amiga cuya tutora de 8º de EGB dijo a su madre que no perdiera el tiempo intentando hacer Bachillerato, porque no tenía capacidad para ello. Por suerte no le hizo caso. Estudio el BUP (aprobó en dos años), COU y selectividad (un curso) y Medicina (seis cursos). Obtuvo plaza en el MIR, cuando la competencia era muy elevada, a la primera, y lleva un montón de años siendo una médica excelente, con un sentido del humor fantástico que hace que sea siempre una estupenda compañía.

En consecuencia,  me gustaría añadir que deberíamos hacer menos predicciones de malos resultados, que alimentan el efecto Pigmalion. Es difícil que aporte algo aquella persona de la que nada se espera. Pero algunas se salen de la casilla que les hemos asignado.

Las estadísticas sobre los repetidores son desastrosas. Ya decía el informe PISA que la repetición de curso es el fenómeno que más negativamente afecta a los resultados de los alumnos españoles. Lo comprobó durante años el grupo  de orientadores de la zona de Jerez, recogiendo datos de todos nuestros  IES, y lo confirman los estudios a nivel general. Sin embargo este reportaje muestra que se puede repetir curso y conseguir el éxito académico y el profesional.

La otra noche en twitter intercambiamos ideas al respecto unos cuantos decentes.  Y hablando de repetición de curso aparecieron referencias a la autoridad del profesorado, al castigo por la disrupción en clase… Malas razones para hacer repetir un curso.

Pero no siempre es así. En ocasiones simplemente se ha terminado el año tonto de la adolescencia y retoman la tarea sin más. Yo he tenido este curso tres ejemplos estupendos, dos de ellos (un chico y una chica) que empezaron el curso dudando de sus posibilidades de aprobar (autoestima por los suelos) han terminado con buena nota. Un dato para animarse. Aunque cabe preguntarse si era necesario que repitieran.

Sin olvidar que cada vez tenemos más claro que repetir para hacer lo mismo no sirve de nada, no es más que una vía muerta hacia el fracaso